Youtubers Ganaban Dinero Desollando Y Cocinando Animales En Peligro De Extinción

Los seres humanos tienen una capacidad que los animales no poseen y es distinguir entre lo que está bien y está mal. Sin embargo, a veces, en el afán de lograr ciertas metas dejamos esa capacidad de lado. Por ejemplo, cuando se trata de entretenimiento lo más importante parece ser la fama que logran youtubers, cocineros o dibujantes y muchos de estos personajes terminan olvidando que su “arte” no está exento del juicio moral.  Y es ahí cuando caen en los errores de tipo moral , con el fin de poder llegar a los medios y a miles de personas.

Más allá de lo que hacen y si es bueno o malo, siempre existirán los seguidores que los apoyen.

Sin ir más lejos, Lin Tuch y Phoun Raty una pareja de youtubers mataba animales protegidos o en peligro de extinción y uno de sus vídeos fue reproducido casi 2 millones de veces.

En uno de los primeros vídeos de ambos, se puede ver a Lin Tuch, en lo que es un día caluroso. Se ve que camina con naturalidad por la selva camboyana, frondosa e inhóspita. Es un lugar indeterminado, no hay más puntos de referencia que el lugar desde donde el sol sale y hacia donde se dirige cuando se pone. Ella camina entre los árboles con una enorme serpiente en la mano que está muerta y enrollada. Está claro que no siente asco por las escamas de la serpiente.

Posteriormente, pone a la serpiente enrollada sobre el pasto mientras le habla a la cámara. Hace una fogata con algunas enormes hojas secas y luego de que el fuego logra prender bien, ella parece haberlo dominado, extiende el cadáver del reptil sobre las brasas. Pacientemente, Lin Tuch espera a que el fuego comience a cocer la carne, como se ve en la imagen de más abajo.

Luego toma una varilla y comienza a quitarle las escamas, primero sobre el fuego, después, fuera de este. La cámara hace un zoom en las primeras capas de piel que se van desprendiendo. Posteriormente, la serpiente vuelve al fuego.

Lin Tuch vuelve a tomar a la serpiente, ahora cocida, la pone en un bol y la lava para quitar los restos de ceniza de su carne suave. La cazadora extiende la primera parte de su cuerpo sobre un pequeño tronco y le corta la cabeza con un hacha.

Después, toma un cuchillo y con mucha paciencia hace un largo corte por todo el cuerpo del animal. Una vez que su carne y sus interiores ya se pueden desprender, Lin Tuch saca las entrañas y las pone sobre una hoja verde y fresca. Después, con la misma hacha con la que cortó la cabeza, comienza a cortar el cuerpo.

La serpiente está picada y Lin Tuch toma una olla de barro y la pone sobre las brasas. Dentro de la olla está la carne reposando en agua hirviendo. En algunos momentos le da una pausa: primero, para poner especias: ajo, jengibre; luego, los intestinos; limón, perejil y cilantro. Después de algunos minutos, el estofado de Tuch parece estar listo. Vierte la carne sobre la enorme hoja que antes la recibió cruda, y echa la sopa en un pequeño plato. Los últimos minutos del vídeo se la puede ver terminando de comer.

El mismo modus operandi se repite en varias grabaciones. En muchas de ellas, Lin Tuch está acompañada de su esposo, Phoun Raty. Juntos cazan aves exóticas, salamandras, gansos, mantarrayas, montones de ranas de tierra. Incluso un gato pescador, bisontes y tiburones. Todos van acompañados de caldos, verduras y la misma pequeña olla sobre las brasas en algún punto indeterminado de la selva de Camboya. La pareja sube todo a un canal de Youtube llamado “Natural Life TV”, un espacio que asegura dar tips sobre cocina con tecnología primitiva. En muchos de los vídeos, se ve a los animales vivos antes de que pasen a cocinarlos.

Lin Tuch y Phoun Raty se han convertido, según ellos, sin haberlo previsto, en otros nombres en la larga lista de difusores de entretenimiento que estaban quebrantando la ley sin importarles a quien estaban pasando a llevar sus métodos.

Ambos estaban especializados en “cocina rústica”, llevando un registro de la cacería y consumo de una serie de especies protegidas y en peligro de extinción.

Sin embargo, la aventura culinaria no logró durar demasiado. Con su primer vídeo subido (al menos a este canal. No hay que descartar la posibilidad de que con anterioridad hubiese existido otro) hace apenas dos meses, la pareja ya fue reportada a las autoridades gracias a populares campañas de personas críticas y que buscan respeto para los derechos animales, y que tuvieron el infortunio de encontrarse con estos cazadores.

Las autoridades contra el ataque al medio ambiente
Según los reportes del medio británico Metro, Chea Sam Arng, el líder de la Dirección General del Ministerio del Medio Ambiente para la Administración de la Conservación y Protección de la Naturaleza, condenó amplia y abiertamente el suceso denunciado:

“Ahora estamos en el proceso de tomar acciones legales contra ellos, mientras el grupo de trabajo se enfoca en un informe sobre el problema. La mayoría de los animales que fueron cocinados no estaban en peligro de extinción, pero sí estaban protegidos. Solo uno de ellos estaba en peligro de extinción”.

Las declaraciones de los cazadores furtivos, se limitaron a las de Lin Tuch, quien se defendió afirmando:

“Ni siquiera sabía qué tipo de animales o aves usamos, ni el impacto que tenían en la conservación de la vida salvaje”.

Actualmente, las autoridades relacionadas a la conservación del medioambiente están investigando si las especies consumidas fueron encontradas por ellos mismos en su hábitat salvaje o si es que fueron comprados y asesinados sólo para las cámaras.

Mientras Phoun Raty aseguró que ellos buscaban de forma inocente ganarse la vida a partir de sus vídeos.  Ambos ya recibían cerca de 500 dólares mensuales por la publicidad patrocinada por Google y esperaban lograr reunir una cifra mayor para poder mantenerse.

En este punto, volvemos al poco criterio ante la posibilidad de entretener al resto. Si una pareja está dispuesta a asesinar animales en medio de la selva por un poco más de 500 dólares mensuales, nos cabe preguntarnos si podemos hablar de comenzar de una ética de la entretención.

Para terminar y teniendo en cuenta este ejemplo, pareciera ser que todo se define por los beneficios económicos que somos capaces de recibir al momento de entregar un producto.

Lo que nos hace entrar en otro debate, mucho más amplio y nos lleva a la pregunta:  ¿Es compartida la culpa entre los youtubers que generan  contenido y el público que siguió fielmente cada uno de sus vídeos? Después de todo, el vídeo de la serpiente tiene casi 2 millones de visualizaciones.