Tenía 126 de IQ, lo que lo hacía un joven muy inteligente.
John Lorber es un neurólogo que en 1980 recibió en su consulta a un joven universitario con una gran cabeza y con una aguada migraña.
Cuando al joven le hicieron un scáner cerebral la sorpresa fue que en su cabeza no había cerebro.
El joven tenía “hidrocefalia” y en vez de masa cerebral en su cabeza sólo había líquido cefalorraquídeo. A pesar de casi no tener cerebro el estudiante de la Universidad de Sheffield era funcional y muy consciente a pesar del líquido en su cabeza.
Tú imagina que eres un neurólogo, te viene un chavalín universitario un poco cabezón con una migraña y al hacerle un escáner cerebral te das cuenta que no tiene cerebro.
— Daniel Pellicer Roig (@Dani_Pellicer) October 19, 2020
Pues esto es lo que le pasó a John Lorber.
<—–Escáner normal // Escáner del estudiante —–> pic.twitter.com/r31mx2ujNK
John Lorber inició un estudio que dio a conocer en un artículo publicado en artículo publicado en Science.org, al que llamó“Is Your Brain Really Necessary?” que dio un giro al paradigma de la medicina y neurología.
John tenía al frente a un joven sin cerebro pero funcional con una actividad social normal y con un IQ de 126. Este joven en vez de tener 4 o 5 centímetros de materia gris y el resto de materia blanca, tenía un “cerebro” compuesto por una “telilla de células”.
La investigación comparó el peso normal de un cerebro que es de 1,5 kilogramos con el del joven en cuestión que pesaba entre 50 y 150 gramos.
Lorber falleció en 1996 y en los últimos años han aparecido algunas teorías sobre su primer caso de estudio postulando que la masa cerebral del joven no estaba ausente, sino que estaba compactada.