Esta afección se origina al interior del organismo y se asocia a estrés y alergias.
La dishidrosis plantar y palmar también se conoce como “eccema dishidrótico” que es una inflamación en la piel de manos y pies que parece como ampollas llenas de líquido.
Es una enfermedad que habitualmente es crónica, no contagiosa que presenta brotes y remisión. Suele presentarse con mayor frecuencia en primavera y verano.
El trastorno se origina al interior de nuestro organismo, aunque se asocia a estrés y alergias y suele comenzar entre los 15 y 30 años, aunque puede presentarse a cualquier edad y en ambos sexos.
Causas de la dishidrosis
Aunque nos e conoce su causa exacta, hay factores que favorecen la aparición de esta enfermedad y entre ellos se encuentran:
- Estrés emocional.
- Alergias a perfumes, medicamentos y metales.
- Padecer una infección producida por bacterias u hongos en la piel.
- Padecer dermatitis atópica u otras enfermedades alérgicas como el asma o la rinitis.
- El embarazo en ocasiones puede ser un desencadenante, debido a los cambios hormonales.
Síntomas de la dishidrosis plantar y palmar
Esta enfermedad suele empezar en los dedos y extenderse a las palmas. Es poco frecuente que aparezca en el dorso de las manos o en piel de brazos u otras partes del cuerpo. También puede aparecer en la planta y en los laterales de los pies.
Sus síntomas suelen ser:
- Aparición de ampollas que a menudo causan picor intenso.
- Descamación de la piel. Pueden llegar a aparecer erosiones en la piel, que pueden ser muy dolorosas.
- Irritación y engrosamiento de la piel. Se da cuando la persona que sufre el eccema se rasca. Por esta razón, puede haber una sobreinfección secundaria de la piel.
La evolución de la dishidrosis plantar y palmar es variable y suele desaparecer sola en 3 o 4 semanas, aunque suele reaparecer. El siguiente brote puede producirse semanas o meses después.
Tratamiento de la dishidrosis palmar y plantar
No hay un tratamiento definitivo para la dishidrosis, pero si algunos que pueden controlar los brotes como los siguientes:
- Corticoides tópicos de alta potencia por una o dos semanas. Según la intensidad de la lesión y de su fase, pueden ser necesarios los corticoides orales.
- Antibióticos: en caso de que haya sobreinfección de las lesiones.
- Productos emolientes: pueden ser útiles para atenuar la sequedad de la piel.
- Antihistamínicos orales: pueden ayudar a calmar el picor.
- Otros. Se pueden emplear tratamientos más específicos como la fototerapia.
Recomendación para controlar los brotes de dishidrosis
- Hidrata tus manos varias veces al día.
- Evitar el contacto con sustancias irritantes.
- Lava manos y pies con jabones suaves, sin perfume.
- Utiliza guantes para realizar quehaceres domésticos.
- Cuidar la higiene de los pies. Lávalos y sécalos bien siempre.
- Evita rascarte, ya que hacerlo da lugar a una mayor duración de la lesión y aumenta el riesgo de sobreinfección.
- Utilizar calzado con suela de cuero. Los materiales naturales permiten una mejor transpiración. En caso de que haya mucha sudoración, es aconsejable el cambio de calcetines al menos dos veces al día.
Intenta gestionar el estrés de buena manera, así como la ansiedad y los nervios, en esto puede ayudarte practicar algún deporte o realizar técnicas de relajación y respiración como yoga, taichí y meditación.