¡Y en media hora ya lo tenían listo!
Nada más fatal para una novia enterarse que la pieza más importante de su día no estaba listo. Se supone que el día de su matrimonio debe ser maravilloso. Todo organizado; la ceremonia en la iglesia, la comida, el ligar del evento, los trajes…y obviamente el vestido de la novia.
Es bueno cuando pueden contar con ayuda de un organizador de bodas, pero sino, es demasiada la presión como para que algo salga mal.
¿Se imaginan que la novia reciba una llamada donde le digan que “tu vestido no llegará a tiempo para tu boda“?
Así le pasó a Nathalie Lout, una chica de 37 años, que escuchó las peores palabras que le pueden decir a una novia.
Pero afortunadamente, la fotógrafa contratada para la ceremonia les dijo a ella y a su prometido que llamaran a Courtyard Bridal Boutique lugar donde le estaban ofreciendo una solución de emergencia: un vestido básico y ponerlo en manos de Lizzie Adams, la costutrera.
La novia llegó al ligar y escogió un diseño simple pero que era totalmente opuesto a lo que tenía originalmente.
Y los último detalles lo terminaron ¡en 20 minutos!
Según la novia “Aún no sé qué pasó con mi vestido original. Me lo probé 10 días antes y me dijeron que estaría listo uno o dos días antes de la boda y que me llamarían. Tuve que llamar más de diez veces y les dejé múltiples mensajes. Mi prometido incluso fue a ver qué pasaba en persona, pero la tienda estaba cerrada y no había ni siquiera una nota en la puerta”.
Cuando la novia se dio cuenta de la cruda realidad, rompió a llorar.
Y mucho menos de que lo tendría a su medida en tan poco tiempo.