Su Esposa Le Pidió Regar Las Plantas Antes De Morir, Pero Años Después, Descubrió La Verdad

Antes de que Phedre, la madre de Antonia Nicol muriera, le pidió a su esposo que se quedara a cargo de una tarea muy cotidiana como lo es el hacerse cargo de regar las plantas del baño.

El papá de Nicol, Nigel Fitton, hizo lo que se le pidió y las regó religiosamente, en honor a su esposa, Phedre. Sinembargo, cuando Fitton comenzó a empacar sus pertenencias para irse a vivir a una casa de retiro, él y su hija se dieron cuenta de algo: Las plantas a las que dedicaron tantos y tantos cuidados… ¡eran de plástico!

Antonia Nicol escribió en Twitter:

“Antes de que mi mamá muriera, le dejó a mi padre instrucciones estrictas de cómo regar sus plantas del baño. Él ha estado haciéndolo ‘religiosamente’ para mantenerlas vivas. Se ven tan hermosas que decidió llevarlas con él a su nuevo hogar, solo para descubrir que… ¡son de plástico! Juro que puedo escuchar a mi madre carcajeándose”

Tan pronto como publicó esta historia, se hizo viral y desde entonces ha recibido más de 133,000 likes y más de 40,000 retweets. Dice que su padre ha disfrutado bastante el descubrimiento de su fama en el internet, que ha decidido continuar con su buen trabajo.

Por supuesto no falta el seguidor que exprese escepticismo: ¿Cómo es posible que Fitton haya creído que las plantas eran reales? Nicol explicó que su padre asumió que el baño estaba goteando.

 

Tanto el padre como la hija se sienten alegres de poder compartir el ingenio de Phedre, con el mundo. Distintos usuarios de Twitter se han acercado a Antonia para contarle que su historia los ha hecho recordar a sus madres fallecidas. “Ella fue una absoluta leyenda”, replicó Antonia a uno de sus seguidores.

Además de esto, por otras historias que ha compartido Antonia, hemos podido confirmar lo bien que se llevaban sus padres y el montón de bromas que hacían. Sabían cómo disfrutar la vida juntos.

“Mis padres fueron a caminar por la playa y el viento voló la peluca de mamá . Mi papá tuvo que perseguirla. Ese debió haber sido un momento liberador para mi madre, riendo y viendo a papá correr tras su horrible peluca. Nunca más volvió a usarla”

Parece que Phedre sabía bien cómo se iban a reír cuando se enteraran de que aquella tarea de las plantas era una broma, logrando que la recordaran así, con sonrisas en lugar de lágrimas. Una mujer que sí sabía cómo vivir la vida.