Se Casaban Y Estaba Por Dar El “Sí”, Pero Él Camina Dándole La Espalda… La Novia No Sabía Qué Sucedía

A pesar de tener la plena seguridad de querer pasar el resto de la vida juntos, dar un paso tan importante como el matrimonio es sin duda una situación que estresa a cualquiera. El estar en el altar esperando por dar el “sí, acepto” es una vivencia que pone los nervios de punta a todo aquel pase por ella. Incluso existen casos en los que las personas esperan esta instancia para asumir que están arrepentidos y ese ha sido tema de más de una película romántica.

EN el preciso momento de dar el sí en el altar estaban estos dos novios, Amuide y Douglas, oriundos de Brasil. La pareja estaba a punto de validar su amor ante la religión, cuando todo empezó a ser extraño.

Sucede que en plena boda y a vista de todos sus familiares y amigos, esta pareja estaba decidida a comprometerse para amarse durante toda la vida. Con ese motivo, en el instante en que se le preguntó a la novia si estaba de acuerdo en aceptar a su novio como esposo, ella respondió sí, muy segura.

 

 

El problema llegó cuando le preguntaron al novio, que dicho sea de paso, lucía muy nervioso, pues cuando llegó su turno de comprometerse, mantuvo el silencio por algunos segundos  y estos parecieron ser un siglo, para luego abandonar el altar sin decir nada.

Es evidente que todo esto incomodó a la novia, que no hacía más que sonreír de nervios mientras los invitados estaban en shock. Abrían bien los ojos y hasta se tapaban la boca en señal de sorpresa y compasión por la mujer que quedó plantada en el altar. Era todo muy extraño…

 

 

El hombre que oficiaba la misa trató de amenizar el momento diciendo “bueno, fue mejor preguntar antes que esperar hasta después de ponerse los anillos y decir no”. Y siguió con palabras de apoyo a Amuide: “Fuerza, recuerda lo que dije aquí: el amor hace que esperemos siempre lo mejor de la otra persona”.

Y pasados unos incómodos segundos, fue en ese momento en que  Douglas regresó con un enorme cartel que decía ¡¡¡Sí!!! acompañado de corazones y anillos. Como para que no le quedara duda de que sí quería pasar el resto de su vida con ella.

 

 

Es decir, era sólo una sorpresa para la ilusionada novia que debe haber pasado un momento muy incómodo ahí en el altar sin saber qué pasaba con su prometido. Fue tan buena sorpresa que ni los invitados parecían comprender qué estaba ocurriendo.

Después de lo del cartel, la pareja siguió adelante con el matrimonio y se casaron entre las miradas sorprendidas de sus familiares y risas después del desenlace.  No sabemos si ella pasó susto o no, pero de seguro recordará su día de boda por siempre.