Sacerdote Y Religiosa Dejan Su Vocación Por Amor Para Formar Una Vida De Pareja

Mercedes Tarragona y Daniel Genovesi se conocieron cuando tenían 22 y 26 años, respectivamente, en una parroquia en Argentina. Ella renunció al convento y él al sacerdocio para poder verse y comenzar una vida juntos.

Mercedes y Daniel renunciaron a sus votos sacerdotales y religiosos tras conocerse y enamorarse a pesar de llevar una vida dedicada a la Iglesia.

Mercedes entró al convento con 17 años y a los 22 conoció a Daniel y se enamoró, a pesar de que él era sacerdote. Ellos se vieron por primera vez en una parroquia de Santa Fe, una provincia argentina.

Mercedes era religiosa de las Hermanas Mercedarias del Niño Jesús en Córdoba, pero se trasladó a otra región y allí conoció a Daniel que era secretario del obispo.


Cuandos e conocieron conversaron y surgió el interés mutuo. Daniel vivía en la parroquia de Venado Tuerto y no imaginaba enamorarse. “No estaba preparado para encontrarme con ella. Y cuando me encontré con ella me pasaron un montón de cosas. Yo había ingresado al seminario en cuarto año del secundario y nunca había estado de novio”, dijo a La Nación.

Mercedes tampoco se había enamorado antes. “Sentía que éramos amigos espirituales, como Santa Escolástica y San Benito”, explicó la ex religiosa al medio.

Ellos buscaban como poder estar juntos y no dijeron nada hasta que ella decidió renunciar al convento e irse de la ciudad.

Daniel no quería no volver a verla y la invitó a visitarlo, hasta que un día ella le habló de sus sentimientos y le dijo que no quería arruinar su vida por lo que le pasaba con él. “Me di cuenta que no quería una vida sin ella. Entonces fue simplemente tomar la decisión de emprender un camino juntos. Y fue rápido”, contó Daniel a La Nación.

Daniel renunció a la Iglesia movido por sus sentimientos. “Nos dimos un beso cuando no podíamos más”, detalló a Radio Caracol.

Los dos se fueron a Buenos Aires y ayudados por amigos se adaptaron a la vida fuera de la Iglesia, comenzando a vestir ropa de color, a visitar restaurantes y a vivir una vida feliz y sencilla.

Ellos hoy llevan más de dos décadas juntos y tienen dos hijas de 26 y 23 años. “Lo que pasó fue que yo vivía en una cajita y estaba bien en esa cajita. Pero cuando lo conocí a Daniel él me fue abriendo ventanas. Y había mucha luz afuera, mucha cosa linda afuera”, dijo Mercedes a La Nación.

Ellos fueron sinceros siempre y así pudieron abandonar un camino equivocado para poder ver surgir y perdurar su amor.