Muchos se encontraban almorzando al interior de sus hogares, mientras que otros se encontraban en la iglesia evangélica, en donde llevaban a cabo la misa dominical y es que eran las tres de la tarde en Guatemala, cuando una avalancha de lava volcánica, piedras y lodo se precipitó sobre las comunidades ubicadas en los alrededores de las provincias de Sacatepéquez, Escuintla y Chimaltenango, al centro sur de Guatemala.
La mayoría quedó atrapada al interior de sus hogares, en donde hoy se lleva a cabo la parte más importante del rescate de cuerpos y es que la velocidad con la que el Volcán de Fuego entró en erupción, desencadenó que muchas familias no pudieran arrancar.
Reportes indican que personal de emergencias de Guatemala ha encontrado 69 cuerpos, los cuales se suman a las incontables personas que permanecen desaparecidas. Aparte de las 69 personas fallecidas y la desaparición de tres aldeas, cientos de familias han regresado al lugar de la erupción con el propósito de encontrar a sus hijos, sobrinos, parejas, hermanos y amigos, pese al riesgo que ello conlleva. La esperanza de encontrar con vida a sus seres queridos ha desestimado las advertencias gubernamentales, las cuales prohíben el reingreso a las localidades afectadas.
Las fotografías muestran el sufrimiento y dolor de los guatemaltecos.
De acuerdo a Gustavo Chigna del Instituto de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología de Guatemala, las cosechas en un radio de cinco kilómetros alrededor del volcán, particularmente de maíz y café, habrían quedado reducidas a cenizas.
Una historia de lealtad dentro de la catástrofe
Sin duda existen muchas historias, pero una que llama la atención es la que ha mostrado el lado más tierno y solidario de la catástrofe e involucra a un perro que ha sido catalogado como uno de los grandes héroes del siniestro que hoy mantiene a Guatemala en el ojo del mundo.
De acuerdo al relato de rescatistas, un escuálido perro que se paseaba por los lugares devastados, logró llamar la atención de los rescatistas e hizo que lo siguieran hasta una de las aldeas más afectadas.
El perro corrió a toda velocidad hasta el interior de un hogar devastado, a donde ingresaron los bomberos. Entre los escombros y bajo la madera que sostenía la casa, los rescatistas hallaron los cuerpos de ocho personas, quienes correspondían a la familia del can no identificado. Los restos de las ocho personas fallecidas fueron removidos de los escombros, mientras la atenta mirada del perro seguía la dirección que emprendían los rescatistas.
“La fidelidad no tiene precio… el perro de una familia que hasta el momento no ha sido identificada, ayudó a los cuerpos de socorro a localizar a sus amos. La mascota utilizó sus medios para lograr captar la atención de los socorristas a tal punto de que los llevó hasta la vivienda. En el interior encontraron a ocho personas, todos los cuerpos ya sin vida. La tristeza de la mascota no se pudo ocultar en su mirada tras observar cómo eran trasladados”, fue el relato de uno de los reporteros testigo del evento.
Mientras realizaban labores por parte del gobierno, muchos de los cuerpos que han sido encontrados en las provincias afectadas siguen sin ser identificados, entre los cuales se encuentra la familia del valiente perro, el que se mantuvo junto a los suyos hasta el último suspiro.
Rescatar lo que vale la pena
De la misma forma que el perro de esta historia ha demostrado la fidelidad de las mascotas hacia sus dueños, cientos de mascotas han sido rescatadas conforme al transcurso de las horas. Aunque muchas murieron al interior de los hogares devastados y junto a sus familias, muchos otros, en su mayoría sin hogar, lograron sobrevivir a la avalancha lava volcánica, piedras y lodo que se esparció rápidamente por las aldeas contiguas al volcán.
Gran parte de los rescates animales se han realizado a manos de personal de emergencia, sin embargo algunos han sido realizados por los mismos dueños de las mascotas que quedaron abandonadas entre las desoladas aldeas. Este fue el caso de Don Ignacio, quien con lágrimas en los ojos, volvió hasta el lugar del desastre para rescatar a su perrita.
Caminó hasta el lugar en donde solía encontrarse su casa y halló a su fiel compañera, Brava, la cual yacía tumbada en el suelo a la espera de un rostro familiar. Ignacio Osvaldo López Benítez sujetó una de las frazadas que yacía en el suelo y envolvió a la perrita para posteriormente llevarla el albergue, en donde actualmente reside junto a su familia.
“Bendito mi padre celestial, está bien mi familia. Están quemados, pero están con vida”, esgrimió al medio local “360 noticias”.
A pesar de que su núcleo familiar logró sobrevivir a la catástrofe, Ignacio, al igual que muchos otros guatemaltecos, aún mantiene la esperanza de reencontrarse con su hermana Ana, quien desde la erupción no ha sido hallada.