Uno de los gestos más nobles que puede hacer una persona es rescatar a un animal de la calle para darle amor, un hogar y una familia. Son acciones que incluso salvan vidas, tanto de animales como de humanos.
Rocco, un niño de 11 años, se topó con un perro callejero durante un paseo familiar y el animal le siguió todo el día. Bastó un poco de tiempo para que ambos se tomaran mucho cariño y se volvieran inseparables. Así fue como Jack encontró un hogar.
Por 4 años, Rocco y Jack se volvieron un equipo: jugaban juntos, se cuidaban y mantenían una estrecha relación. Hasta que un día, el perro desapareció sin dejar rastro.
El pequeño niño había quedado devastado, pues no sabía qué le había sucedido a su amigo. Pero nunca perdía la confianza en que algún regresaría.
Pasaban los meses, uno tras otro. Llegaron hasta los ocho, un tiempo en que cualquiera habría perdido la esperanza, pero Rocco amaba a su can y todos los días esperaba que volviera.
“No puedo explicar cuánto lloró Rocco, lo extrañó durante todos estos meses”, cuenta la madre del niño, quien lo ayudó a poner carteles para difundir por el vecindario la información para reconocer a Jack.
La madre incluso cuenta que el niño soñaba con su perro.
Al parecer, de tanto desear que volviera, un día su sueño se cumplió: de forma inesperada, un amigo de la familia vio a Jack vagado cerca de una gasolinera, y así llamó para avisar a la casa.
Los padres de Rocco se prepararon para la vuelta de Jack: lo llevaron al patio y llamaron a su hijo. La reacción frente al encuentro es realmente emocionante. El pequeño sólo pudo correr a abrazar a su perro y llorar de felicidad.
Hoy, según su madre, Rocco y Jack “están más cerca que nunca”, recuperando el tiempo perdido durante los ocho meses que el animal estuvo fuera de casa.