Todos esperamos que los niños puedan vivir una infancia hermosa, pero a veces, la vida no es como la esperamos y los pequeños deben vivir situaciones terribles. Es el caso de este pequeño llamado Jimmy, que a pocos meses de nacer recibió el diagnóstico de tener cáncer.
Todo comenzó el año 2010, cuando el pequeño tenía 4 meses y sus padres comenzaron a notar extraños síntomas, entonces inmediatamente supieron de que algo andaba mal. Al llevarlo a los doctores, le hicieron exámenes y los resultados arrojaron que su hijo tenía un duro camino por delante, pues tenía un tumor cerebral muy extraño.
Es por eso que los padres decidieron empezar el tratamiento de inmediato y comenzaron a hacerle quimioterapia. Primero el cáncer se redujo en un 10%, luego en un 25%, y así hasta que tras 8 años de lucha, los médicos finalmente le indicaron a la familia que el tratamiento había dado los resultados que esperaban y ya no existía.
La buena noticia es que Jimmy por fin podría vivir como un niño sano, sin tener que ir al hospital cada cierto tiempo ni cuidarse demasiado para no pegarse algún resfrío a causa de sus bajas defensas producto de la quimioterapia.
Y como es costumbre en EEUU, cuando un enfermo de cáncer se cura, el pequeño tocó la campana habilitada del Hospital de Pittsburgh para celebrar el fin de su tratamiento.
Dado que el sonido de la campana llega a las demás habitaciones del hospital, le dio esperanzas a los que aún están internados combatiendo su cáncer y así sabrán que es posible recuperarse.
Esta es la tierna celebración del niño: