Cada vez que andas apurado, cualquier tipo de transporte es de ayuda, especialmente uno eficiente y rápido. Pero rara vez el transporte público lo es, por eso los autos particulares son de gran utilidad. Y eso lo sabe muy bien este oso, del poblado de Ocampo (Coahuila, México).
Por eso es que este oso lleva meses pidiendo aventones, hasta el punto en que ha sido nombrado como el “Oso de la Encantada”. Este oso se sienta todos los días en el mismo lugar, esperando pacientemente que los trabajadores que van camino a la minera “La Encantada” sean tan amables como para llevarlo hasta allá. Y, por supuesto, de regreso al poblado de Ocampo al terminar el día.
Los pobladores del lugar han contado a los medios locales que el oso y ellos se han acostumbrado a convivir, y que nunca atacó a nadie ni se ha mostrado agresivo con ninguna persona.
Incluso el oso se acerca de vez en cuando a las tiendas del lugar para pedir golosinas.
Lo quieren mucho porque es muy amable, y aunque es un enorme oso, no les ha hecho ni un rasguño y mucho menos ha intentado matarlos.
Ambas especies se llevan perfectamente bien en el pueblo, ojalá algún día los osos puedan aprender a conducir para que le devuelvan la mano a los mineros y le den aventones.