La mayoría de nosotros tenemos ciertos complejos que nos hacen sentirnos mal con respecto a nuestros cuerpos, pero de esos acomplejados cada vez son menos los que sufren por complejos en su dentadura. Ellos evitan mostrar su dentadura y si algo les da risa, cubren su boca con la mano y usan diversas técnicas para evitar que el resto vea lo que hay dentro. Y quizás pueda ser efectivo, pero nadie se siente cómodo ocultando su felicidad.
Es justamente lo que le pasaba a Dillon Moore, un hombre que tenía su dentadura absolutamente destruida y se negaba a sonreír. Incluso en las fotos posaba con la boca cerrada y esbozaba una leve sonrisa.
El hombre que no sonreía tenía fotos en su página de Facebook y un amigo de la red social, dentista, que ni siquiera lo conocía vio que este hombre no mostraba sus dientes ni siquiera cuando jugaba con sus hijos, quiso ayudarlo. Así fue como lo contactó y le ofreció tratar su dentadura, pero por horarios laborales, no pudo concretar una cita con él.
Los meses pasaron y un año más tarde Moore comenzó a sentir dolor en una de sus muelas, y por coincidencia, su jefe lo envió a la consulta del mismo dentista que le había ofrecido sus servicios anteriormente a través de Facebook.
Y no sólo extrajo el diente que estaba causando dolor como Moore pensaba que sería, el doctor Kenny Wilstead comenzó a trabajar en reparar su sonrisa, sin que el afectado lo supiera, pues ni siquiera le pidió permiso para hacer el cambio.
Después de 2 horas de procedimiento, el dentista solo le entregó un espejo para que pudiera ver lo que había hecho.
Moore estaba en shock y sólo podía llorar al ver que sus dientes lucían radiantes, ni parecidos a los que tenía antes. “Me preguntaba qué me estaba tomando tanto tiempo”, dijo el hombre con lágrimas de felicidad, mientras se reía y sonreía de oreja a oreja con sus nuevos dientes.
Luego de que las imágenes fueran compartidas por el dentista, el registro emocionó a muchos usuarios, quienes felicitaron al especialista por cambiar la vida de las personas por iniciativa propia.
Este es el emotivo registro:
