Este pueblo está a 8 kilómetros de la frontera de Dakota del Sur en el remoto norte del estado de Nebraska, Estados Unidos. Su nombre es Monowi y tiene una gran particularidad.
En una construcción blanca y con pintura desquebrajada, Elsie Eiler, de 84 años, abre botellas de cerveza para un par de clientes bajo un letrero que dice:
“Bienvenido a la mundialmente famosa Taberna Monowi. ¡Donde se sirve la cerveza más fría de la ciudad!“.
Cuando el esposo de Eiler, Rudy, murió en el año 2004, no sólo la dejó sola trabajando es su bar, sino en toda la ciudad. En la actualidad, de acuerdo al Censo del país, Monowi es el único lugar con un solo residente de EEUU y Eiler es la alcaldesa, secretaria, tesorera, bibliotecaria, barman y además de ser la única persona que vive en la ciudad más pequeña de los Estados Unidos.
“Cuando solicito al Estado mis licencias de licor y tabaco cada año, las envían a la secretaria del pueblo, que soy yo. Entonces, las recibo como secretaria, las firmo como empleada y me los entrego como la dueña del bar”
En la década del 30, Monowi era una estación del ferrocarril de Elkhorn y el hogar de 150 personas, con tiendas, restaurantes e incluso una prisión. Cuando era pequeña, Eiler creció en una granja y conoció a Rudy en la escuela primaria. Cuando tenían 19 años, se casaron y tuvieron dos hijos.
Cuando Rudy tuvo la idea de arreglar la antigua taberna que una vez había pertenecido al padre de Eiler, ella dijo: “Está bien“, y la pareja abrió su negocio en 1971.
No obstante, en el momento en que la taberna volvió a abrir ,Monowi ya había empezado a disminuir su vida de pueblo.Todo fue muriendo porque las condiciones de la agricultura empeoraron y las economías rurales colapsaron después de la Segunda Guerra Mundial. Esa fue la razón por la cual los pueblos en el país comenzaron a desaparecer.
En el año 1980, la población del pueblo había disminuido a 18. Veinte años más tarde, los únicos dos habitantes de Monowi, Rudy y Eiler, trabajaban en el bar y hoy, Monowi es una de las tres ciudades incorporadas en el condado de Boyd, Nebraska, que tiene menos de 10 residentes.
Afortunadamente, Eiler nunca está sola, ya que los turistas pasan con frecuencia por su pueblo y además cuenta con amigos que viven en las cercanías que siempre la están visitando.