Tener un hijo no es algo fácil, implica nuevos retos y enseñanzas que no acaban nunca, incluso cuando ellos ya no son unos niños. Pero de eso se trata, de cuidarlos, protegerlos y por sobre todo hacerlos felices.
La felicidad de los niños no tiene que ver con las cosas que le compras o los lugares a los que llevas de vacaciones, va mucho más allá, se trata de cómo cuidarlos y tratarlos para que además de que sean felices, sean personas de bien.
Desde pequeños forjamos nuestra identidad, no solo el aspecto físico, sino también el mental, del cual dependen muchas cosas en nuestra vida. Quizás si le preguntamos a un niño qué quiere ser de grande, te de una respuesta que para ti sea descabellada, pero ese es su sueño y hay que respetarlo.
Nuestra tarea como padres es incentivarlos a lograr sus sueños y no matar esa pasión con la que nacen, porque cada uno nació para un fin.
Es común ver que los niños que no demuestran muchas habilidades para la matemática, pero sí para el dibujo, reciben reforzamiento para lo primero pero no para lo segundo, siendo que el dibujo sí los hace felices y los padres muchas veces no lo entienden de ese modo.
Como padres debemos entender y aceptar que todos los niños son distintos, está bien guiarlos, pero siempre impulsándolos a seguir lo que les apasiona. No los desvíes del camino porque puede que luego te lo reprochen. Tampoco es bueno criticar lo que nuestros hijos hacen, los niños están llenos de sueños y tú solo debes dejarlos ser y apoyarlos hasta cuando decidan su camino, ese es el mayor acto de amor que le puedes entregar.
Permite que se sientan amados, míralo a los ojos cuando hablen, baja a su altura cuando quieras decirle algo, pregúntale cómo se siente, esto hará que se sienta escuchado pero también que aprenda a escuchar sus sentimientos y emociones, además verá tu interés por él o ella.
Al regresar del colegio no le pregunte “¿Cómo te fue?”, en cambio pregunta “¿Cómo te sientes? ¿Cómo fuiste a la escuela esta mañana?”, así se sentirá en primer lugar y sabrá que para sus padres él es importante como individuo y no por lo que hace.
Evita las discusiones frente a él, procura mantenerlo en un lugar lleno de armonía, eso le dará más seguridad y serenidad. No lo compares, de esa forma solo perderá la confianza en sí mismo/a. Mantén su autoestima alta, dile lo orgullosos que estás de él/ella, invítalo a que te ayude con las labores del hogar y aprovecha de enseñarle los cuidados que debe tener con las cosas calientes, por ejemplo.
No lo ridiculices ni te burles de él/ella y lo más importante es que pases tiempo de calidad con tus hijos, diviértanse, hablen y así podrás estrechar los lazos.
Si haces las cosas bien durante la infancia, luego verás un muy buen resultado en la adultez y todo gracias a tu amor.