Los Niños Franceses No Hacen Berrinches Y Te Contamos Porqué

Las personas que han viajado a Francia, probablemente han notado que  los niños son muy bien educados, inteligentes y alegres.  Casi nunca hacen pataletas, comen tranquilamente y siempre saludan a sus vecinos.
Es por eso que hemos decidido dedicar unos minutos a este importante tema, porque ya sabemos cuál es el secreto de las mamás francesas.

 

Primer año del pequeño

Ser mamá en Francia es tener que regresar al trabajo 10 semanas después del nacimiento del bebé y gastos económicos fuertes. Según la ley, la mamá puede cuidar al bebé durante más tiempo, conservando su lugar de trabajo, pero cobrando en vez de su sueldo un subsidio pequeño. Cuando llega la hora de regresar a la labor, el bebé queda en una guardería o con una niñera. Desde la más tierna infancia el niño está rodeado de personas ajenas, se adapta más rápidamente y se vuelve menos dependiente de sus padres.

 

Los niños franceses duermen en sus camas

Desde muy temprano, las mamás acostumbran a sus hijos a dormir en sus camas separadas e incluso, en cuartos separados. Si en el transcurso de la noche el niño se despierta y empieza a llorar, la mamá espera un par de segundos antes de acudir a revisar qué sucedió. Así, paso a paso, el bebé empieza a acostumbrarse a dormir solo.

 

Travesuras v/s errores graves
Los padres franceses intentan darle al niño tanta libertad como pueda asimilar. Son pocas las veces que encontrarás a los padres subiéndose a una resbaladilla en un parque infantil. Tampoco se meten en los conflictos de los niños, dejándole a su hijo a aprender a defenderse.
El momento importante para todos los padres es aprender a separar las travesuras pequeñas y los errores graves. Solo los últimos se castigan seriamente, porque un castigo de la misma intensidad para ambos tipos de fallas no le enseñaría al niño la diferencia entre estas cosas.

 

Sus abuelos no los cuidan
El papel de las abuelas y los abuelos en la crianza de los niños no es relevante. Por lo general, se reúnen durante los fines de semana o las fiestas. Es más frecuente ver a las personas de tercera edad tomando un cafecito o una copa de vino en algún restaurante que paseando con sus nietos.

 

La cultura de la comida en la mesa

La comida es una parte importante de la vida de los franceses. Los break para comer duran 2 horas, de 12 a 14. Los franceses creen que es importante reunirse todos juntos a comer aunque sea una vez al día. Los niños  y los adultos comen los mismos platos, la comida infantil en Francia casi no existe. Los padres no obligan a los pequeños a comer algo nuevo si no les gusta, pero siempre insisten en que deberían probarlo primero.

 

Inculcan los buenos modales
Desde muy temprano, los padres les enseñan buenos modales a sus hijos. Un niño francés saluda a los invitados y a los vecinos, se comporta tranquilamente haciendo fila y cede su asiento en el transporte público a los ancianos. Las palabras “gracias“, ”buenos días“, “por favor” y ”adiós” son fundamentales para los niños.

 

Empiezan a enseñarles a explorar el mundo

Es frecuente que los niños franceses de 5 años aún no sepan leer. Los padres lo toman tranquilamente, pues la infancia es una época increíble cuando puedes aprender a soñar, a conocer el mundo exterior, a ser educado y responsable. A los 6 años, el niño aprenderá a leer y escribir y memorizará los números.

 

El domingo es un día familiar sin excepción

Los domingos son los días para salir en familia al parque, a pasar un día de campo o pasear en bicicleta. Los franceses respetan este día y procuran hacer todas las compras y limpieza el sábado. Es una buen hábito a imitar.

 

Les dan dinero para sus gastos

La respuesta para la ausencia de pataletas en los supermercados es que  los niños tienen dinero mensual para sus gastos. Por lo que todos los dulces extra o los juguetes se pueden comprar con el dinero que tienen para sus gastos. La mesada comienza a los 7 años y generalmente el monto es proporcional a la edad del niño.