Los laboratorios trabajan en su mayoría experimentado nuevos productos de aseo y cosméticos en animales, principalmente monos y ratones.
Solo en algunos países, como los de la Unión Europea, estas prácticas se encuentran prohibidas desde el año 2004, pero en América Latina se sigue permitiendo esta cruel actividad.
Gracias a la tecnología actual, es posible realizar pruebas de control de calidad y efectividad sin necesidad de lastimar animales.
De hecho, recientemente se ha presentado una iniciativa de ley en Colombia por el representante de la cámara Julián Peinado, explicando que más de 100 millones de animales son utilizados en pruebas de laboratorios en todo el mundo solo con el propósito de probar qué tan seguros son los productos para los humanos.
Por esta razón, las autoridades gubernamentales y laboratorios tendrán que encontrar nuevas alternativas para asegurarse de que sus producto no sean dañinos para los humanos, sin dañar a ningún animal más.