Lo mejor de las historias de amor, es que se terminan. Quizás parezca un punto de vista cínico, pero una relación perfecta que no tiene ni altos ni bajos para que la prensa los retrate, no es algo muy divertido. Al menos desde el exterior.
Y es que basta ver la historia apasionante de Letizia ortiz, una periodista que pasó de ser una plebeya que leía las noticias a una miembro de la realeza de su país. Todo gracias a que entonces conoció al príncipe Felipe VI de España.
Ambos se vieron por primera vez en la televisión, y Felipe pidió que le organizaran una cena con ella para poder conocerla.
El tiempo dio muestras de que algo sucedía ahí: cuando el periodista Alfredo Urdaci llamó a Letizia para que grabara un programa de televisión, ella le constestó que no podría ir porque estaba de vacaciones en un crucero privado en el mediterráneo.
A los pocos días después, un misterioso ramo de rosas le llegó para su cumpleaños.
¿Coincidencias?
Luego de una bella boda real, los afectos han ido en caída y a imagen de pareja se ha visto públicamente deteriorada. Especialmente después de los últimos papelones, donde Letizia ha abandonado a Felipe en reuniones sociales y no ha dejado que doña Sofía -la madre del rey- se saque una foto con sus nietos.
Supongo que algunas de estas peleas tienen la culpa de la relación agonizante:
Letizia nunca supo que debería dejar el periodismo para dedicarse totalmente a ser la esposa de Felipe y, aunque intentó continuar su trabajo en TVE, varios sabían que no podría ser el rostro de ningún programa. Incluso buscó ayuda en otras casas reales europeas, pero sólo podía dedicarse a Felipe.
Cuando se acercaba la inauguración del pontificado del Papa Francisco, varios miembros de la realeza fueron invitados a asistir. Entonces, Felipe y Letizia fueron como príncipes, pero Ortiz no tenía muchas ganas de asistir.
“Oye, me han dicho que esto se está acabando, que nos echan, que nos vamos ya”, dicen que le vociferó a Felipe antes de levantarse para ir a un cuarto contiguo. Él se debió excusar para ir detrás de ella.
A Letizia no le gusta mucho la religión, y se ha catalogado como agnóstica.
El caso Nóos, donde la infanta Cristiana y su marido Iñaki Urdangarín fueron acusados de corrupción, afectó directamente a la pareja real. Letizia no se llevaba bien con Iñaki, y este caso fue la guinda que coronó la torta.
Así fue como Ortiz le prohibió juntarse con su hermana y, según fuentes cercanas, es la culpable del desencuentro.
En 2013, Letizia abandonó Mallorca tres días antes de lo planeado, pues no le gustaba ese sitio para vacacionar ni para posar para la prensa. “¿Tú te crees que ésto son vacaciones?”, le dijo enfadada a una periodista que conocía.
La reina consorte Sofía ya había tenido un encontrón con Letizia tan fuerte, que la madre de Felipe le llegó a decir que ambas eran “dos Españas completamente diferentes”.
Durante un acto oficial en 2011, Felipe besaba las manos de algunos de sus invitados. Allí, Letizia le dijo:
“Venga, vamos. Si te paras con cualquiera no vamos a acabar nunca”
En plena proclamación real, Felipe sujetó la puerta del automóvil a Letizia para que se subiera, pero ella pasó de largo y se metió junto a sus hijas en el coche trasero. Y el omento fue transmitido en vivo por la televisión, para todo el país y el mundo.