A pesar de lo mucho que se ha discutido sobre los usos de la marihuana, esta vez la ciencia da una respuesta, porque las OMS considera que ésta ya no es una droga. La cannabis sativa ha sido utilizada por los seres humanos desde hacer varios milenios. Actualmente, además de sus efectos recreacionales, su aceite es utilizado para controlar varias enfermedades. Incluso países como México, Países Bajos y Uruguay han despenalizado su uso.
Cuando terminaba noviembre, la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó un documento, específicamente, una revisión académica sobre el Cannabidiol (CBD), que es el compuesto principal de la marihuana.
En un estudio, el CDB solo no produjo efectos psicoactivos, cardiovasculares u otros efectos. La autoadministración de cannabis no varió en función de la dosis de CBD en relación con el placebo. Los autores concluyeron que el CBD oral, no reduce el refuerzo, fisiológico o efectos subjetivos positivos o cannabis fumado.
Riesgos para el individuo y la sociedad debido al uso indebido: No se han identificado casos de abuso o dependencia relacionados con el uso del CBD puro. No hay preocupaciones de salud pública como conducir bajo la influencia, han sido identificadas.
De acuerdo con la evidencia disponible, el CBD carece de actividad psicológica, propiedades de refuerzo y responsabilidad por abuso. Por otro lado, los hallazgos emergentes sugieren una utilidad terapéutica prometedora. La programación de esta sustancia podría tener un impacto en el acceso a la investigación científica y médica.
Cannabidiol es un cannabinoide que se encuentra en la planta de Cannabis sativa. A diferencia del Δ9 THC, tiene una baja afinidad por el receptor CB1, es carente o propiedades psicoactivas, como la capacidad de producir euforia. La evidencia existente (tanto clínica como preclínica) no respalda el potencial de abuso, incluida la falta de propiedades de refuerzo. El CDB se muestra prometedor en el tratamiento de la epilepsia y posible abuso de sustancias, entre otras indicaciones. En la actualidad, el CDB no figura en los cuadros de las Convenciones internacionales de control de drogas de las Naciones Unidas de 1961, 1971 o 1988.
Resumiendo, estas observaciones significan que para la OMS el cannabis se parece más a los medicamentos de curso legar que a las drogas recreativas consideradas peligrosas. Para quienes luchan en países en los que su uso medicinal aún se encuentra prohibido, para poder beneficiarse de sus efectos (en el tratamiento del dolor, la epilepsia y otras patologías), este es un paso adelante.