La Mayoría No La Lava, Pero Esta Parte Del Cuerpo Se Ensucia Mucho

Todos concordamos en que mantener una adecuada higiene personal debería ser algo fundamental en el diario quehacer de todo ser humano, pues estas buenas prácticas no solamente otorgan beneficios estéticos sino que también, y siendo estos mucho más relevantes,  conllevan innumerables mejoras a la salud general del cuerpo.

Aunque es cierto que se debe prestar especial atención a ciertas partes importantes del cuerpo, algunas por su sensibilidad (partes íntimas, oídos y boca) y a otras por su exposición (manos y rostro), hay una parte del cuerpo muy importante que muy a menudo es olvidada en la mayoría de las rutinas de limpieza.

 

 

Estamos hablando del ombligo. Esta pequeña parte del cuerpo la mayoría de las veces no es limpiada de la forma correcta y muchas veces y es posible que en sus cavidades se almacenen nocivas bacterias que pueden movilizarse a otras partes del cuerpo y causar enfermedades. No entres en pánico, pues una ligera limpieza adicional resuelve el problema desde la raíz.

 

Te recomendamos que como parte de la rutina de baño, cuando te sea posible tomar un poco más de tiempo de lo usual, uses un bastoncillo de algodón (hisopo o cotonete) y con la ayuda de alguna sustancia antiséptica como alcohol o agua oxigenada, procedas a frotar toda el área, haciendo énfasis en los pliegues de piel.

 

Adicionalmente,  de forma más recurrente y como parte de la ducha o baño, lavar el ombligo con la yema del dedo u otro bastoncillo y jabón líquido de forma minuciosa, ayuda a eliminar a la mayoría de las bacterias dañinas para la salud.

Nunca olvides que la higiene y salud van de la mano y ésta es tan sólo otra pequeña rutina que puedes agregar en un plan para una mejoría sencilla, constante y diaria de tu estado de salud.