No existe nadie indiferente a la increíble catástrofe que aconteció hace más de un siglo. Hablamos del hundimiento del Titanic mientras iba rumbo a Nueva York. La tragedia que aún recordamos todos, le quitó la vida a 1,500 pasajeros. Una cifra escalofriante. Sin duda, el Titanic fue uno de los barcos más famosos de la historia por el nivel de estragos que causó su destrucción. Era el barco más grande de la época con 2.200 pasajeros.
De vez en cuando estamos recibiendo más detalles sobre la leyenda del Titanica y siempre nos cautiva tener otro dato que antes no sabíamos. En esta ocasión vamos a revelar información que nos entrega una perspectiva más amplia de lo que verdaderamente sucedió aquel día. Aunque muchas vidas se perdieron, también salieron los héroes de la historia.
Algunos hombres y mujeres dejaron huella por sus actividades heroicas en las pocas horas que les quedaban de vida. Uno de ellos fue el sacerdote católico, Padre Thomas Byles que aunque fue uno de los que perdió su vida esa noche, nunca será olvidado por sus acciones.
El Padre Thomas abordó el barco en Southampton, Inglaterra, él había sido invitado a los Estados Unidos para oficiar la boda de su hermano, quien había encontrado el amor en esas tierras. Durante el viaje, sólo llevaba una pequeña piedra para el altar y su ropa sacerdotal. Durante los días que alcanzó a viajar, escuchó las confesiones de algunos pasajeros.
Los sobrevivientes cuentan que aquella fatídica noche, celebró una misa para las pasajeros en la segunda y tercera clase del barco, sabiendo que esa sería la última vez que podría hacerlo.
Cuando ocurrió el accidente, ayudó a mujeres y niños a llegar a los botes salvavidas y a que lograran subirse. Inmediatamente después de que el último bote salvavidas se fuera, volvió a la cubierta a rezar.
Los testimonios informan que otros pasajeros se le unieron para orar por su salvación antes de morir. En su honor, se celebró una misa, cuyo organizador era por su hermano William y su esposa. William después viajó a Roma para conocer al Papa Pío X y el Padre Thomas fue nombrado mártir por la iglesia de Católica. Los fieles seguidores de Dios como el Padre Thomas, merecen la admiración por haber dedicado hasta el último segundo de sus vidas a orar y ayudar a quienes lo necesitaron. No existe ninguna duda de que se merecía tal reconocimiento.