Ciertamente, los animales callejeros corren muchísimo más peligro que una mascota que está segura y amada en su hogar. Lamentablemente, los callejeros pasan muchas barbaridades a manos de personas inescrupulosas que juegan con sus vidas y emociones. Dadas dichas condiciones, lo más probable es que sus vidas terminen antes de lo esperado. Esta historia trata de todo lo anterior, abandono, crueldad y maltrato animal, pero por sobre todo, trata de esperanza y amor a la vida.
Corría enero del 2015, cuando un trabajador de un vertedero encontró a un perro abandonado y mal herido, pero lo que más le llamó la atención fue que le faltaba la mitad de su rostro. Fue ahí cuando Britanny Faske, una voluntaria de ADORE (empresa oficial de rescate de perros en Houston, Estados Unidos) acudió al llamado del trabajador lo más rápido que pudo, pues la descripción fue tajante, le faltaba la mitad de su cara.
Según el sitio The Dodo, Faske luego de escuchar las palabras del jornalero y ver al animal, que se encontraba aún peor de lo que imaginaba, solo pensó en cómo darle fin a su sufrimiento.
“Además de su herida en el rostro, las costillas del perro y los huesos de la cadera y la columna vertebral, eran claramente visibles bajo su piel. Estaba cubierto de tierra y estaba demasiado débil para correr”, dijo Britanny Faske.
Por fortuna, el perro de raza pitbull se aproximó a Faske quien pudo intentar ayudarlo. Lo llevó a un lugar seguro, comenzó a analizar sus heridas y descubrió algo aún más terrible: su corte de nariz había sido realizado por un humano.
“El corte fue tan limpio y parejo que solo pudo haber sucedido con un instrumento afilado. Fue como si alguien literalmente hubiera tomado un cuchillo y le hubiese cortado la parte frontal de la cara“, comentó.
Más allá de los detalles desconocidos de cómo perdió gran parte de su rostro, la joven lo llevó lo antes posible al veterinario para ver qué tan tratable eran sus heridas. Lo bautizó como “Apollo” y a pesar de que tenía dirofilariosis, una condición que involucra lombrices parásitas, se encontraba emocionalmente apto para su recuperación.
“Solo al llegar comió 2 recipientes de comida y uno de agua“, cuenta Faske demostrando que ánimos no le faltaban.
Faske, como podemos ver, se quedó con Apollo que resultó ser un perro muy juguetón y cariñoso a pesar de las dificultades que ha sufrido.
Logró tener hermanos que lo cuidan y comparten buenos momentos. También, se convirtió en la mascota oficial de ADORE, la empresa de rescate de animales, con el fin de crear consciencia sobre la crueldad que aún existe contra los animales. “Después de todo lo que ha pasado, me sorprende lo feliz y despreocupado que está con todos” comenta Faske. No cabe duda de que es una hermosa historia para contar y conocer, pues nunca se debe perder la esperanza, incluso cuando todo parece perdido.