La protagonista de esta nota, sin duda es Shari Baillargeon quien vio la fotografía de un Husky maltratado y enfermo en un refugio en Chickamauga, Georgia y , después de sufrir por dos días, tomó la decisión de que podía hacer algo por él. “Su piel estaba en carne viva en algunos lugares, y simplemente se veía miserable”, dijo al portal The Dodo
Tres meses habían pasado y la gente seguía llamando a control de animales, porque este perro sarnoso deambulaba por sus vecindarios y entraba a sus cocheras o porches: “Lo siguieron espantando e intentando controlar para que lo recogieran”, explicó Shari. Fue a finales de julio, que la misma entidad recogió al animal, llamado Wally.
Alcanzó a estar dos días en el refugio de la ciudad antes de que Shari lo sacara con la ayuda de Mush Rescue, un grupo dedicado a salvar perros esquimales siberianos. Entonces se apresuró a llevar a Wally al veterinario. “Estaba en muy mal estado. No tenía masa muscular y tenía un gran bulto creciendo de su lado”, expresó.
El estado de salud de Wally era deplorable, porque también padecía de sarna demodex, una afección de la piel contagiosa causada por ácaros que se esconden en la piel, la enfermedad del gusano del corazón, y las infecciones en los oídos, los ojos y la vejiga.
Sin embargo, los problemas de salud del perro no fueron impedimento para que Shari lo ayudara y se enamorara de él en el proceso. Decidió llevar a Wally a su casa para que vivieran juntos. Se concentró en cuidar y que estuviera lo más cómodo posible para mejorar pronto. La recuperación dio resultados.
Shari Baillargeon empezó a ser reconocida como su cuidadora y empezó a mirarla con “ojos agradecidos”, comentó. Wally se mostró cariñoso con su dueño, ponía su cabeza en su regazo buscando su atención, el perrito solo quería un poco de amor y cuidado. Y Sheri le dio todo eso y más.
En la actualidad, Wally comparte en su hogar con ocho perros más y se llevan todos de maravilla, aunque se pone celoso cuando ve que Sheri le da más cariño a sus compañeros. Demás está decir que al perro ahora le sobra cariño, porque la nieta de Sheri los visita a menudo y le encanta jugar con él.
Aunque recibe mucho cariño y varios de sus problemas de salud se han solucionado, Wally sigue sometiéndose a tratamientos para la enfermedad del gusano del corazón y la masa que crecía en su cuerpo, se convirtió en un gran tumor.
Si Wally se recupera por completo, Baillargeon espera encontrar un hogar permanente para él:
“Vale la pena el tiempo y el esfuerzo, y cuando se sienta bien, va a ser el mejor perro. Estará tan unido a quien termine con él que tendrá un amigo de por vida “, nos cuenta Sheri.