Usualmente vemos a los perros como una especie comprensiva, pues suelen ayudarnos en los momentos difíciles y siempre están ahí cuando los necesitamos. Muchas veces basta con que te consuelen cuando estás triste.
Los gatos, por su parte, son vistos como “idiotas”. Se ganaron injustamente esa etiqueta sólo porque a veces usan sus garritas, pero también pueden darte mucho amor.
Un buen ejemplo es este gentil felino, que ayudó a un preocupado perro a sentirse mejor.
Russell es un husky blanco que se encontraba en la oficina de su veterinario y, antes de su turno, se puso bastante nervioso. Entonces, cuenta su humano Michael Block, dijo que un gato que jamás había visto a Russell comenzó a consolarlo.