Poder manejar un divorcio de manera de hacer el menos daño posible a todos los involucrados es una tarea titánica, especialmente cuando existen hijos de por medio. Explicarles a ellos lo que ocurre sin lastimar sus sentimientos parece casi imposible, pero hay manera de hacerlo de la manera correcta, para que entiendan que a ellos el amor nunca les faltará.
La actriz Geraldine Bazán solía romper en llanto al hablar de su divorcio de Gabriel Soto, pero se debió tomar con mucha serenidad el momento de hablar de la separación son sus hijas.
Para ella, el día más difícil es cuando las niñas se van con su papá, pero siempre ha estado consciente de que es bueno para ellas. Por más que las extrañe, sabe que deberían pasar más tiempo con él.
Cuando les contó de la separación, lo hizo intentando explicar que ninguno de los dos papás estaba feliz, pero no le arrojó la culpa a ninguno. También les aclaró que los dos las aman mucho y que siempre estarán con ellas como familia, aunque ya no sean pareja.
Para Geraldine, la clave fue hablar con mucho amor y verdad, pero sobre todo haciendo sentir a las niñas muy amadas, seguras y cuidadas.