Los padres siempre ruegan porque nada malo les ocurra a sus hijos cuando salen en la mañana a la escuela. Y es que dejarlos enfrentarse al mundo por sí mismos no es algo fácil ni para los progenitores ni para los mismos niños. Especialmente si hablamos de una niña, pues en una sociedad como esta los depredadores andan con bastante confianza por las calles. Nunca se puede confiar demasiado en nadie.
La pequeña Audrey vive en California y un día, cuando su madre la acercaba en la escuela, olvidó decirle que la dejara en una esquina particular donde ve todos los días a un “tierno hombre mayor” antes de ir a clases.
Su madre, llamada Gina, no sabía qué pensar de aquello: la idea de que su hija se encontrara con un sujeto mayor antes de entrar a clases no sonaba para nada como algo bueno, así que decidió preguntarle a Audrey de qué demonios hablaba.
Audrey le contó que Wally Richardson, un veterano de la armada estadounidense de 94 años, hace mucho tiempo era conocido entre sus compañeros de la escuela Marina Village como “Mr. Knuckles” (o “Señor Nudillos” en español).
Todas las mañanas, sin excepción, Wally llegaba a la esquina cerca de la escuela para sonreírles y motivarlos a educarse. Cuando termina su discurso, les da la mano y les choca el puño a cada niño.
Su idea es enseñarle a estos jóvenes a lograr un espíritu positivo al entrar a la escuela.
Hace una década que Wally hace lo mismo todos los días. Su esposa solía acompañarlo al comienzo, pero hoy no está en las mejores condiciones de salud por lo que se ha debido quedar en casa.