Existen señales mínimas de que algo no anda bien con nuestro organismo, quizás imperceptibles a los demás, pero que nosotros podemos descubrir en el minuto que aparecen. Estos pequeños signos nos pueden revelar algo importante sobre nuestra salud, por eso es muy relevante que prestemos mucha atención a cada síntoma extraño que el cuerpo presente, además de ir a un doctor en caso de ser necesario.
Es el caso de este hombre de 27 años de Vancouver, Canadá que, de acuerdo a lo que el New England Journal of Medicine, publica, fue a una cita rutinaria al dentista, pero terminó grave en el hospital y con riesgo vital.
La historia comienza cuando el joven, quien tenía una higiene bucal descuidada acudió a un dentista para solucionar su problema. Conforme pasaron los días, apareció una extraña mancha roja en una de sus mano; sin embargo, él no le puso mucha atención y siguió con su vida normal. Pero cuando pasaron los días, se inflamó y se podía ver claramente una protuberancia de color azulado.
A pesar de que era obvio que algo extraño le ocurría, el joven no fue al doctor y no pensaba hacerlo tampoco. El problema fue que empezó a sentir otros síntomas tras la aparición del bulto y fue ahí recién que comenzó a preocuparse. Sus síntomas eran fiebre, poco apetito y solía sudar por la noche. Sin contar el peor de todos ellos que era que había perdido 12 kilogramos.
Sin embargo, fueron los constantes dolores de estómago los que lo llevaron al hospital, pues eran demasiado fuertes y seguidos y sentía que ya no podía con ellos.
Cuando los médicos le hicieron las respectivas consultas, sospecharon que podría tratarse de una infección grave, así que rápidamente le tomaron exámenes que revelaron que tenía pequeñas áreas de tejido muerto en el bazo y en el riñón izquierdo. También había una masa infectada en su válvula aórtica, que regula el flujo de sangre desde el corazón a la arteria principal.
Después de analizar las muestras de sangre, se confirmaron las sospechas de los médicos que eran que tenía Streptococcus salivarius, una bacteria que se encuentra la mayor parte de las veces en la boca.
Al no no haber detectado la infección a tiempo, los médicos de Vancouver creen que la bacteria hizo que apareciera el abultado vaso sanguíneo o aneurisma en su mano, que luego terminó dañando su corazón y otros órganos,finalmente, pese a que le recetaron antibióticos que frenaron la infección, el joven tuvo que entrar a pabellón para reparar su aneurisma y reemplazar su válvula aórtica. Si duda, una cirugía muy compleja que se pudo haber evitado si él hubiese mantenido una mejor higiene.
