Los cangrejos son animales muy comunes en casi todas las playas del mundo, su tamaño varía de acuerdo a cada especie pero van desde los pocos milímetros hasta los setenta centímetros.
Una de las características más extrañas de este animal es que tiene el tórax y el abdomen unido, formando una estructura llamada cefalotórax. Se puede diferenciar a un cangrejo hembra de uno macho por la amplitud de su abdomen, ya que las hembras lo tienen más amplio, en forma de cúpula, debido a su reproducción.
Para la mayoría de las especies de cangrejo el apareamiento ocurre cuando la hembra acaba de mudar su caparazón y sigue siendo suave, realizándose vientre a vientre. Una vez que se produce la fecundación, los óvulos son liberados en el vientre de la hembra.
Así es como las hembras llevan en su abdomen una bolsa de cría con huevos totalmente protegidos y pegados. Estos pasan por dos fases larvarias antes de producir larvas que nadan en el agua.
Las especies de cangrejos terrestres deben migrar al océano para liberar sus larvas, lo que ocurre con las mareas para que sigan las corrientes de agua. De hecho, la mayoría de especies deben buscar su propio alimento desde que son larvas, mientras que otras se siguen alimentando de la yema de lo que era su huevo.
Luego de pasar su etapa de larvas y sus mudas, llegan a la etapa megalopa, en donde se parecen más a un cangrejo adulto. Tras una muda más, pasan a ser cangrejos menores de edad que viven en el suelo y no flotando. La última muda es la más peligrosa, su vida corre peligro, por lo que deben realizarla en un entorno seguro.
Muchos de los cangrejos mueren en la migración inversa, cuando deben ir desde el océano hasta las zonas costeras.
Al llegar a ser cangrejos juveniles, siguen realizando mudas hasta convertirse en adultos con una cáscara dura. Durante las mudas, el cangrejo se expande, agrieta el casco viejo y extrae todo de si mismo, incluso sus órganos. El proceso dura muchas horas y si se atasca, muere.