Esta historia aconteció en Rusia, en un lejano pueblo llamado Yaroslavl, donde parecía que no pasaba nada de nada. El tiempo estaba estancado, las casas estaban detenidas en algún momento de la historia. Sin embargo, una noche, todo cambió, ya que un inusual evento sacudió a los habitantes.
Durante un día cualquiera, un grupo de jóvenes caminaba cerca de una casa que parecía abandonada. Al pasar cerca de una de las ventanas sintieron un extraño gemido.
En un comienzo, no le dieron importancia, ya que pensaron que se trataba de un perro o un gato. Continuaron su caminar y se alejaron de la vieja casa. A la noche siguiente, el mismo grupo de jóvenes volvió a pasar por el lugar. Esta vez , iban a una fiesta, cuando uno de ellos sintió nuevamente el gemido. Decidieron acercarse un poco más para identificar el extraño sonido que salía de la casa. Asustados por las leyendas urbanas, fueron muy precavidos y lo hicieron con mucho cuidado, Pero al aproximarse se dieron cuenta que era un quejido humano muy leve. Decidieron entrar a la casa y dentro todo estaba en penumbras, subieron las escaleras y vieron un cuarto. De allí provenían los extraños ruidos.
Caminaron hacia el cuarto. Entraron y vieron una cuna de madera. A lo lejos solo se veían muñecas.
Pasó algún tiempo antes de que una familia se interesara por la pequeñita. Como en una película de terros, parecía maldita por su pasado. Todos temían por su origen. Pero una mujer se interesó en la beba. Ella anhelaba tener hijas y sólo había dado a luz varones. Así que la adoptó. La chica creció bajo la mirada del pueblo.
El tiempo ha pasado y afortunadamente nada de aquel abandono terrible queda en ella, ya que hoy tiene 12 años, es una bella adolescente a la que le encanta bailar las danzas folklóricas de Rusia. Esta historia, afortunadamente tuvo un gran final feliz.
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