Como sabrás, cuando hay una infección, la parte de nuestro cuerpo que trabaja sin parar para luchar contra ella es el sistema inmune. En algunas ocasiones, requiere de la ayuda de antibióticos y antivirales para combatirlos.
Pero, lamentablemente, esta lucha no siempre resulta como se espera y si no está tratada como se debe, la infección está fuera de control y se genera una sepsis en tu organismo.
La sepsis es una condición potencialmente peligrosa en donde el cuerpo empieza a atacar a sus propios tejidos y órganos. Por eso, es importante conocer los síntomas antes de sea demasiado tarde y poder consultar con un médico.
1. Tener piel fría o húmeda
Si estás con una sepsis, el cuerpo está concentrado en bombear sangre a los órganos más importantes. Estos son el corazón, los riñones y el cerebro y no tanto hacia las extremidades. Por eso, la piel la sientes fría y húmeda y es algo permanente o empeora al momento de que el cuerpo ya está en shock séptico.
Debes recordar que esto también puede ser un síntoma de otras condiciones que nos son peligrosas.
2. Tener bajos niveles de orina u tener la orina muy concentrada
Esto ocurre porque el riñón es el primer órgano que se daña con la sepsis ya que está más sensible a los cambios del flujo sanguíneo o la presión. De ahí que se vea afectada la orina. Cuando tu cuerpo siente que la presión arterial está baja, intenta retener el máximo líquido posible, entonces, orinas menos líquido y más oscuro y concentrado.
3. Tener un estado mental alterado
Debido al bajo flujo sanguíneo hacia el cerebro , la deshidratación y algunas toxinas dañinas provocadas por la sepsis, se produce confusión, se disminuye el nivel de alerta y hay sensación de aturdimiento.
Si estás con un shock séptico, estos síntomas se harán más evidentes. Por eso, podrás sentir un mareo mucho más fuerte. Ya sabes entonces, con esos síntomas, podrás reconocerlas cuando sabes que tienes una infección con sepsis. Ya que también son síntomas comunes cuando existe un derrame cerebral o por cansancio y fatiga.
4. Tener el pulso acelerado
No nos referimos a un pulso acelerado por haber trotado en la mañana, sino tener a tu corazón acelerado aún cuando estás tranquilo. La frecuencia cardíaca normal está en 60 a 90 latidos por minuto. Si te tomas el pulso y está por sobre los 90, estarías frente a una posible sepsis.
Tu cuerpo intenta combatir a la infección y de llevar el flujo sanguíneo hacia los tejidos dañados. Por eso tu corazón busca aumentar la cantidad de sangre bombeándola y acelera el ritmo cardíaco.
5. Te cuesta respirar o tienes insuficiencia respiratoria
Si notas que respiras muy rápido o tienes dificultad para respirar, como si estuvieras subiendo las escaleras debes ver qué está pasando. Por ejemplo, la neumonía es una de las infecciones más típicas que puede provocar una sepsis.
Si aumenta la frecuencia cardíaca, significa que tu cuerpo está sobrecargado. Por eso está consumiendo mucho más oxígeno y produce más dióxido de carbono. Cuando ocurre esto, el cuerpo necesita generar más oxígeno y busca solucionarlo haciendo que respires más rápido casi como si te quedaras sin aliento.
Con respecto al tratamiento, éste varía de acuerdo a cada paciente e el tipo de infección que tenga. Pero, como sea, puede ser un proceso agresivo debido a que los médicos se ven enfrentados a diagnosticarla y su rapidez en propagarse. Al principio se buscará tratar la infección subyacente con antibióticos y aumentando la presión y el volumen sanguíneo por medio de líquidos intravenosos. Posterior a eso, buscarán enfocarse en el “control de la fuente” que no es más que descubrir la causa de la infección y buscar las aplicar las medidas adecuadas. Pueden haber casos donde se requiera de alguna cirugía o drenaje.
Recuerda, la sepsis se puede identificar tempranamente y el tratamiento es crucial. Por lo tanto, si crees que estás en una sepsis, busca atención médica para disminuir los riesgos a tu salud. En cuanto al shock séptico, éste es fatal en el 40 por ciento de los casos por lo que mejor es prevenir cuanto antes.
Recuerda que esta información es referencial y deberás consultar con un profesional de la salud para que te evalúe y te indique el mejor tratamiento a tu enfermedad.