El amor de madre es lejos el más puro, incondicional y está casi biológicamente predeterminado. Se dice que los hijos son lo más grande que tiene una madre y que su llegada al mundo le da un valor incalculable a la vida de cualquier mujer. No obstante, se debe tener en cuenta que todas las reglas tienen su excepción y ese es el caso de Theresa Knorr, una mujer que abusó física y mentalmente a todos sus hijos y también asesinó a dos de ellos. Esta nota te contará sobre la terrible excepción a la regla del amor materno. Estos son los comienzos de la vida de Theresa Knorr:
Esta malvada madre nació en el año 1946, en Sacramento, Estados Unidos. Su familia era de clase media, pero luego de que su padre enfermara gravemente quedaron en la pobreza. Ella sufrió de los abusos de su padre y su madre, a quien ella adoraba, falleció cuando apenas tenía 15 años.
Posteriormente, ella buscó a un hombre para casarse y salir de las penurias que vivía. Con 16 años tuvo su primer hijo, Howard y su primer matrimonio. No obstante, desde los inicios de la relación ella se obsesionó con las “supuestas” infidelidades de su esposo. En varias ocasiones dijo que él la agredía y aunque fue a la policía nunca quiso hacer acusaciones oficiales.
Cuando ya Clifford Sanders estaba harto de toda la situación que vivía con Theresa, que ya tenía 18 años, decidió irse de la casa. En ese momento, ella estaba embarazada de Sheila, y se desataron por primera vez los más terribles demonios de la mujer. Para impedir que se fuera, tomó una escopeta y le disparó por la espalda a su esposo.
A pesar de ir a prisión, fue absuelta rápidamente, ya que alegó que fue en defensa propia y que él la maltrataba. En aquel entonces, nadie imaginaba los terribles crímenes que ella cometería. No obstante, la familia de Sanders siempre afirmó que él era un buen hombre y no la maltrataba. Su segundo matrimonio y sus 4 hijos:
Después del terrible episodio con Sanders, Theresa se volvió una adicta al alcohol y como era de esperar, el nivel de responsabilidad con sus hijos era casi nulo. Conoció a su segundo esposo Robert Knorr, con quien tuvo los siguientes cuatro hijos. Pero como también era previsible que pasaría, la relación terminó en muy malos términos y ella prohibió a los niños relacionarse con el padre.
Después de eso, tuvo dos parejas más, que resultaron fallidas, pues sus adicciones, celos y poca preocupación por sus seis hijos preocupaba a cualquier hombre que se le acercara. Para ese entonces, ya ella tenía 30 años, además estaba engordando y su belleza se le escapaba entre las manos. Estas eran las formas de castigo que usaba con sus hijos.
Dentro de las formas más crueles de castigo quemaba su piel con sus propios cigarros. También los lanzaba al suelo, donde terminaban siendo sometidos si hacían algo que no le gustaba. Así también, se descubrió que les lanzaba cuchillos cuando se molestaba y ellos debían esquivarlos para no terminar mutilados.
La historia de Suesan
Suesan, una de las hijas de su segundo matrimonio se convertía en una hermosa joven y todo parece indicar que Theresa se sintió sumamente agredida, se llenó de envidia y arremetió con toda hacia Suesan, que vivió un maltrato horrendo hasta la muerte. Es más, decía que su gordura era resultado de un hechizo que Suesan le había hecho.
Suesan logró huir en una ocasión y aunque acudió a la policía, los oficiales no le creyeron y la devolvieron a su madre. Theresa, en represalia cometió los peores crímenes con ella. La azotó e hizo que sus hermanos la azotaran, la golpeó y la amarró en una cama donde la hacía pasar hambre.
En uno de sus ataques de maldad y rabia, le disparó a Suesan en el pecho, alegando que la tenía hechizada. No dejó que los otros hijos la llevaran al hospital y la mantuvo en una tina durante días, donde logró que sobreviviera. Dos años más tarde la volvió a herir con tijeras. Suesan, que ya tenía 18 años y estaba cansada de su vida, le pidió que la dejara irse, y ella aceptó con la condición de que la dejara sacar la bala que tenía en el pecho, para que no la fuera a denunciar.
Después de este terrible acto, la pobre chica sufrió una septicemia y un dolor horrible. Theresa para callarla la ató de manos y pies y selló su boca con cinta adhesiva. Cuando vio que no mejoraba la situación, se la llevó con dos de sus hijos, William y Robert, a un puente de California, donde la quemó viva.
El asesinato de Sheila
Después de que Suesan fuera asesinada, Theresa prostituyó a Sheila, que también se había convertido en una hermosa joevn. La familia vivía de su trabajo forzado, pero llegó el momento en que la mujer se obsesionó con que la chica estaba embarazada y que le había contagiado una enfermedad venérea.
Para castigarla, la encerró en un clóset, donde apenas tenía oxígeno. Sus otros hijos le tenían pánico y ella les prohibió darle agua o comida a Sheila. A los pocos días la joven murió, pero ella la dejó allí, hasta que apestó demasiado por la descomposición del cuerpo. Por segunda vez, junto a Robert y William, fue a deshacerse del cuerpo. Y luego, prendió llamas a la casa, para no dejar evidencia alguna.
Su hija Terry
Después de la muerte de su segunda hija, la familia se separó. Terry, luego de un tiempo, no pudo vivir con el remordimiento y el dolor de sus dos hermanas asesinadas por su madre. Logró reunir valor y fue a la policía de Utah, a declarar los crímenes de su madre. Sin embargo; una vez más, la policía no creyó en los hijos de Theresa.
Por fortuna, Terry no se dio por vencida y fue a un programa de televisión. Allí, logró ponerse en contacto con un oficial de California que creyó en ella y la ayudó a juntar la evidencia necesaria para encarcelar a Theresa. Lograron encontrar los cuerpos y relacionar a Theresa a William y a Robert con los crímenes y fueron encarcelados.
La sentencia de esta despiadada mujer
Theresa era una mujer que padecía serios trastornos de la personalidad con comportamientos antisociales y una esquizofrenia que nunca fue tratada. A pesar de ello, la mujer se negó al inicio a declararse culpable, solo lo hizo con el paso del tiempo, para quitarse de encima la pena de muerte.
Fue condenada a dos cadenas perpetuas, pero en el año 2027 podrá salir bajo libertad condicional. Robert fue sentenciado a tres años, pero otros crímenes como el robo y la producción de pornografía infantil le alargaron su estadía en prisión. William, logró salir absuelto, con libertad bajo palabra. Una aterradora historia que nos cuenta sobre los intrincados rincones de la mente humana y la terrible maldad que una madre puede llegar a sentir por sus hijos.