Somos muchísimos los que amamos comer unos deliciosos huevos, en cualquiera de sus formas de preparación, pueden ser fritos, revueltos, a la copa, en omelette, huevos duros, etc. Pero, ¿los huevos que consumimos vienen de gallinas saludables o hemos estado consumiendo huevos no-saludables? Los huevos constituyen un alimento habitual en la dieta de las personas, se pueden apreciar protegidos por una cáscara y son ricos en proteínas (principalmente albúmina, que es la clara o parte blanca del huevo) y lípidos. Los huevos son un alimento de fácil digestión, componente principal de múltiples platos dulces y salados y parte de muchos otros debido a sus propiedades aglutinantes.
Es importante determinar que una gallina saludable, es la que tiene acceso a una variedad de alimentos y consume todo lo que necesita y este punto cobra relevancia porque los nutrientes que una gallina bien alimentada disfruta son traspasados a sus huevos. Para obtener estos nutrientes, una gallina debe tener acceso a un espacio libre para moverse y tener aire fresco. Una gallina encerrada en una pequeña incubadora durante toda su vida simplemente no tendrá la misma calidad de huevos que una gallina de granja.
El grosor y densidad de la cáscara
Si solamente se le da un leve golpecito, ésta se rompe, sigue buscando. Mientras más rica la dieta de una gallina y mejor sea su salud general, más fuerte será la cáscara de sus huevos. Un huevo saludable debe ser realmente difícil de romper.
El color de la yema
Hay quienes están acostumbrados a los huevos con yemas de color amarillo claro o amarillo brillante. Pero éste no es el color ideal para una yema de huevo, ya que las yemas deben ser anaranjadas, mientras más intenso el color, mucho mejor. Puedes revisar algunos huevos de distinta procedencia para comparar colores y asegurarte de que estás consumiendo huevos saludables.
Cómo saber si un huevo está malo
Nada de esto es al azar, ya que existen estudios que respaldan la importancia de una buena nutrición en las gallinas. Un reporte del “Oxford Journal” señala que si una gallina aumenta la ingesta de betacaroteno,, aumenta la cantidad de betacaroteno en sus huevos. Por otro lado, el “Journal of Agricultural Food Chemistry” muestra que aumentar los niveles de DHA (Ácido Docosahexaenoico) en la dieta de una gallina afecta los ácidos grasos omega 3 encontrados en los huevos.
Un último dato curioso es que siempre que terminamos de usar los huevos, los arrojamos a la basura al cocinar, lo que es un verdadero desperdicio, porque las cáscaras de huevos tienen muchas aplicaciones en el hogar, especialmente en el jardín donde aportan todos sus nutrientes a las plantas.
