Además de un intenso dolor de cabeza, la destacada periodista neoyorquina Lisa Colagrossi sentía una rigidez en el cuello, una sensación de hormigueo en la cara y sensibilidad a la luz. La respetada lectora de noticias y madre de dos hijos creía que su cabeza iba a explotar.
“El dolor de cabeza duraría un par de horas, y luego se calmó durante un día o dos”, cuenta su marido, Todd Crawford. “Hablamos de hacerse un chequeo, pero dijo que no tenía tiempo, así que lo desestimó”.
Aquella decisión resultó un descuido fatal, pues en marzo de 2015 -apenas tres semanas después de que sus primeros dolores de cabeza se comenzaran a manifestar-, Colagrossi sufrió la rotura de un aneurisma.
“Una cosa que me ha perseguido más que cualquier otra cosa es, ¿cómo podríamos haberlo sabido?”, se lamenta Crawford. “Cuanto más analizaba los aneurismas, más me di cuenta de que no hay nadie hablando de ellos, y hay muy poca educación pública sobre las señales de advertencia”.
Motivado por esta falta de educación y conciencia pública, es que Crawford comenzó a gestar la Fundación Lisa Colagrossi (TLCF).
La institución publicó el mes pasado una encuesta que halló que el 90% de los estadounidenses no están seguros de lo que es un aneurisma cerebral, y ninguno de los encuestados podía identificar correctamente todos los síntomas de uno.
¿Qué es un aneurisma cerebral?
Según explica el neurocirujano del Centro Médico Langone de la New York University, Howard Riina, un aneurisma es una debilidad en la pared de uno de los vasos sanguíneos del cerebro.
Mientras la sangre atraviesa tu cerebro, esa debilidad permite que la pared del vaso sea empujada hacia afuera, formando una protuberancia que -igual que un globo demasiado inflado- puede romperse en cualquier momento, permitiendo que la sangre escape hasta el tejido cerebral circundante.
“Hasta que se produce una ruptura o fuga, mucha gente va con un aneurisma y no lo sabe”, explica Riina, aunque sí da una referencia al respecto: “Algunos datos sugieren que entre el 6% y el 9% de la población tiene uno“.
Pero muchos de ellos no se rompen, por lo que muchos de nosotros no nos damos cuenta de que tenemos uno, continúa Riina. Incluso si una resonancia magnética se topa con un aneurisma, señala el experto, “nosotros incluso no recomendamos el tratamiento a menos que esté por encima de un cierto tamaño, o que la persona tenga antecedentes familiares de aneurismas rotos”.
La ruptura de un aneurisma
No es como si la sangre estuviera saliendo simplemente, explica Riina. “Eso puede suceder durante unos segundos, pero generalmente se forma casi inmediatamente un pequeño grupo de plaquetas”.
Pacientes, como en el caso de Colagrossi, pueden sufrir fugas muy pequeñas en los días o semanas precedentes a una ruptura importante, pero cualquier cantidad de sangre puede ser “muy irritante” para el cerebro, señala el experto. La sangre filtrada aumenta la presión dentro del cráneo, y además las fugas o rupturas desvian la sangre de las regiones del cerebro y los tejidos críticos que requieren una constante irrigación.
Un aneurisma roto puede causar baja de presión y de cantidad de sangre, lo que rápidamente puede conducir a una rápida inconsciencia e incluso la muerte. Riina señala que entre el 30% y el 50% de los pacientes morirán apenas se les rompa uno.
Síntomas de la ruptura de un aneurisma
El signo más común es el peor dolor de cabeza de su vida.
“La gente lo describe como el golpe de un rayo”, detalla el experto. Este dolor de cabeza, tal como en el caso de Colagrossi, puede estar acompañado de rigidez del cuello, hormigueo de la cara, y sensibilidad a la luz. Algunas personas también pueden sentir un disparo o un “boom” cuando se produce su ruptura.
Otros síntomas asociados son cansancio extremo, visión borrosa y debilidad en extremidades.
Sin embargo, es el repentino y espantoso dolor de cabeza el síntoma más distintivo de una ruptura, y el resto de los signos lo pueden acompañar luego. “El dolor de cabeza puede estar en cualquier parte o en toda la cabeza, pero los pacientes usualmente lo describen detrás de los ojos”, especifica Riina.
Qué hacer en caso de un aneurisma
Si tú o alguien junto a ti está sufriendo los síntomas de un aneurisma, “llame al número de emergencia o vaya a un centro de salud de emergencia o urgencias inmediatamente”, aconseja Riina.
Existen varios procedimientos médicos que pueden realizar los médicos para aliviar la presión causada por el aneurisma roto, aunque ““todavía no se está fuera del peligro”, dice el experto.
El cerebro es un órgano sensible y, aun cuando una persona inicialmente sobreviva y reciba tratamiento, cerca de un tercio de esos pacientes morirá y otro tercio tendrá alguna clase de deterioro duradero. Sin embargo, el último tercio “vuelve a su nivel normal de funcionamiento”, señala el experto.
Crawford señala que la fundación que el comenzó en memoria de su esposa se ha comprometido en mejorar la conciencia sobre los aneurismas. “Si alguien hubiera estado haciendo el trabajo que estamos haciendo ahora para aumentar la conciencia pública, Lisa y muchas otras personas aún estarían vivas”, concluye.