Las novias no sólo están nerviosas el mismo día de la boda, pues se preparan tanto para la ceremonia que el estrés y la presión se puede sentir por varios días. Y es que siempre quieren lucir hermosas y que el evento resulte perfecto como sus sueños.
Es natural que se muestren ansiosas.
Kelly, antes de casarse, comenzó a actuar como una “loca”, según decía su madre. Mostraba no sólo ansiedad, también alucinaciones que al comienzo fueron asociadas al nerviosismo propio de la boda. Pero cando aumentaron, parecía que nada iba bien.
Preocupada por su hija, la madre de Kelly contactó al doctor Edward Panacek de Sacramento (California) debido a los bizarros síntomas que estaba presentando. Aunque al comienzo pensó que lo que le vendría mejor era consultarle a un psiquiatra.
Cuando Kelly entró vestida de novia al hospital, el especialista pensó que el problema que iba a atender era muy distinto a algo psiquiátrico, así que comenzó a examinarla.
Chequeó su cabeza mientras le pedía que se quedara quiete. Y de pronto dijo que sus “sospechas fueron confirmadas”.
¿Y cuáles eran esas sospechas? Las quejas de la novia tenían una justificación de lo más extraña: el médico descubrió en el cuello de Kelly una larva de mosca de un centímetro que se encontraba creciendo en una antigua lesión de su cuero cabelludo.
Kelly había sido picada por un mosquito en la celebración de su despedida de soltera en Costa Rica. Para curar la herida, la cubrió con vaselina lo que selló la herida y sofocó a las larvas que pusieron sus huevos encima de la picadura.
Pese a que no es común que sucedan este tipo de infecciones en Estados Unidos, Kelly simplemente había tenido mala suerte.
Lo terrible es que no había solo una larva en su cuello:
Por suerte la novia fue a tratar el problema a tiempo, antes de que tuviera consecuencias más serias y permanentes.