Los padres, generalmente, desean hacerle la vida fácil a sus hijos pero, a veces, no miden los límites.
Los adultos no deben vivir de los niños. Ellos deben vivir y aprender de sus experiencias y solo podemos guiarlos para que tomen la mejor decisión.
Acá te dejamos una pauta de las cosas que nunca deberás hacer por tus hijos. Debes considerarlo y tus niños te lo agradecerán.
1. Hablar por ellos
Cuando le hagan preguntas a tus hijos debes dejar que respondan por sí solos. Porque de otra forma le estamos quitando la oportunidad de que aprendan a responder por ellos mismos. Puede ser que le sugieras qué decir si es que él te pregunta. Pero debe ser iniciativa propia. Entonces, la próxima vez intenta contenerte y cederle la palabra.
2. Intentar ser su amigo
También hay padres que quieren ser amigos de sus hijos, con quienes no tendrán secretos. Y es algo que se entiende pero debemos considerar ¿qué es un amigo?. Se trata de otra persona con la que compartimos en igualdad de condiciones y en el mismo nivel.
Entonces, los padres tienen otro rol totalmente diferente. Los que cuidan y aman. Debes dejar que ellos busquen compañeros de su misma edad. Y que busquen en sus padres el amor y apoyo incondicional cuando lo necesiten.
3. El querer
Con esto estás suprimiendo su propio “yo”, es decir, sus propios deseos y metas. Busca cuáles son sus necesidades y deseos. Y enséñale hábitos útiles sin violencia.
4. Hacer las cosas solo
Si tiene 2 o 3 años ya debe saber quitarse y ponerse la ropa, incluso lavar una cuchara que usa o dejar la ropa sucia donde corresponde. Además, es la edad donde ellos quieren hacer todo solos. El error está en creer que no son capaces y podemos incluso argumentar que estamos apurados o que “no sabe hacerlo bien”. Luego te sorprendes de que ya adolescente no quiera ayudarte a hacer los quehaceres. Intenta que el niño aprenda a hacer las cosas por sí mismo.
5. Sus gustos
Inconscientemente, imponemos nuestras preferencias a los hijos, ya sea la música, los libros, la ropa, etc. Y crees que es una buena intención, pero está anulando la individualidad de tu hijo. Debes escucharlo, qué le gusta y qué no, hablar de sus preferencias y respetarlo.
6. Controlar lo que gasta
Tarde o temprano un niño empezará a manejar dinero. Pero hay un punto en que no puedes controlar ni organizar con interrogatorios sobre cuánto dinero le está quedando. De otra forma, pierde la confianza en ti.
Enséñale a ahorrar para comprar algo importante o cosas banales. Debe aprender a ver cómo se gana y se pierde el dinero si no se organiza bien. Los conceptos básicos de la educación financiera pueden aprenderlos desde pequeños y dale la libertad de manejar su propio dinero.
7. Elección de pasatiempos e intereses
Los padres quieren que sus hijos tengas actividades de todo tipo. Inconscientemente están imponiéndoles un pasatiempo de moda o sus propias deseos frustrados.
Hay que ser paciente y observa las preferencias del niño, cada persona tiene sus propios intereses e inclinaciones. Basta preguntarle qué es lo que más le gusta o prefiere. Y luego lo ayudas a desarrollarse en esa área.
8. Atribuirse logros
Muchos padres publican los logros de sus hijos con frases como “Comimos” o “Empezamos a caminar”, “Aprendimos las vocales”, etc. Pero se trata de logros hechos por los hijos, no en conjunto. Cuando el niño crece, la situación se complica y se convierte en algo que les molesta. Debes festejar los logros de ellos, apoyándolos pero sin confundirlos con los tuyos propios.
9. Elegir lo que quieren
Cuando ya puede hablar, un niño puede elegir lo que quiere recibir como regalo. Y en muchos casos, lo que pide no nos conviene. Pero le servirá para desarrollar la capacidad de elegir, la toma de decisiones y de ser responsables de las consecuencias. Deja que su hijo, dentro de lo posible y con lógica, elija sus regalos y lo que quiere.
10. Meterse en su vida privada
Los hijos tienen su propia vida y debes tener cautela cómo haces las preguntas cuando quieres saber “quién es ese chico”. Recuerda que puedes causar irritación y distanciamiento. Los hijos compartirán sus cosas más íntimas con sus padres siempre que se sientan en confianza y seguros. No los interrogues, deja que tengan espacio personal. Cuando esté listo, te hablará lo justo y necesario.
