Todo comenzó hace 2 años, cuando esta pareja de recién casados tomaba la decisión más importante de sus vidad, pues Esta historia empezó hace 2 años y hace 181 kilogramos, cuando los recién casados Lexi y Danny Reed pasaban todo su tiempo libre en el sillón, consumiendo hasta 8000 kilocalorías cada uno. En ese momento Lexi pesaba alrededor de 220 kg y su esposo Danny, 127. A pesar de que estaban lejanos a los estándares de belleza, se amaban y querían tener un hijo. Sin embargo, esto era imposible: debido al sobrepeso, ambos tenían problemas de salud que les impedían tener hijos. Fue entonces cuando los Reed decidieron cambiar sus vidas.
En esta ocasión, queremos destacar la enorme fuerza de voluntad de esta pareja y compartiremos con ustedes su inspiradora historia en fotos.
Cuando se casaron Lexi y Danny eran las personas más felices del mundo y el peso no importaba para nada.
La vida familiar no cambió su dieta: ellos seguían comiendo afuera o pedían pizza y otro tipo de comida chatarra a domicilio.
Lexi y Danny jamás se habían pedido el uno al otro cambiar algo de su aspecto físico.
Solo después de varios intentos fallidos de quedar embarazada y después de una consulta médica, Lexi y Danny empezaron cambiar sus vidas de una vez por todas.
Lo más relevante fue que cambiaron su actitud hacia la comida.
Desde esa fecha, en su mesa solo aparecían platos preparados en casa que tenían las calorías bien calculadas.
De la misma forma, empezaron a incluir muchas verduras y frutas en su alimentación.
Después de haber cambiado su dieta, se inscribieron en un gimnasio.
Ahora hasta en los fines de semana la familia Reed empieza su día con una rutina de cardio de 40 minutos.
Lexi y Danny decidieron que cada día pasado en el sillón los alejaba de su propósito. “¡Levántate y trabaja!”, se dicen cada mañana.
Lexi está consciente de que tiene celulitis y piel excesiva en la cintura y en el abdomen, pero ama su cuerpo, porque es fuerte y es capaz a cambiarse.
“Mi cuerpo es mi trofeo y mi piel es mi cicatriz de guerra”, dice orgulla Lexi.
“Hasta cuando pesaba 200 kg me amaba a mí misma. Me amaba lo suficientemente como para poder hacer lo que fuera por la salud y para convertirme en una mejor versión de mí misma”, recuerda Lexi.
Esta pareja no solo cambió su aspecto físico, sino que este proyecto en común hizo que Lexi y Danny se volvieran aún más cercanos. No solo en el sentido espiritual. “Hace tiempo Danny ni siquiera podía abrazarme por la cintura”, recuerda con una sonrisa la señora Reed.
Ahora Lexi pesa 82 kg y Danny, 87. Ellos no piensan detenerse en eso, motivándose cada día el uno al otro a lograr nuevos resultados.
Cuando a Lexi y Danny les piden algún consejo, ellos responden que lo importante es ser bueno con uno mismo y valorar todo lo bueno que tienes.
Estos chicos a diario inspiran y apoyan a todos aquellos que han decidido bajar de peso.
Lexi y Danny saben con toda la certeza que no hubieran logrado ni una parte de lo que tienen ahora si no fuera porque se tienen el uno al otro.
“Rodéate de las personas que ven la perfección en ti, incluso si tú mismo no la ves”, es el mejor consejo que los Reed nos pueden dar.