Más de alguna vez hemos escuchado una historia lejana que habla de niños casándose, en un relato romantizado que los pones en el altar junto a su primer amor. Pero, por si no lo sabes, el matrimonio infantil es una realidad. Y no, no es entre niños.
Tampoco es algo que suceda en tribus salvajes o en ceremonias religiosas de culturas lejanas y exóticas: en Estados Unidos, el matrimonio infantil es una práctica normal, y hasta bien vista por algunas personas.
Pese a que se asume que la edad mínima para casarse es de 18 años en Estados Unidos (y la mayoría de occidente), desafortunadamente hay estados en que la realidad es bastante distinta.
La organización Unchained At Last (Libre al Fin, en español) ha revelado cifras alarmantes: entre 2000 y 2010, un total de 248 mil menores se habría casado sólo en Estados Unidos. Un 85% de ellos, eran niñas.
De ese porcentaje de niñas menores de edad que ya estaban casadas, un 78% de ellas contrajeron matrimonio con hombres adultos.
De no haber existido un contrato de matrimonio de por medio, mucha de esas uniones serían legalmente abuso sexual infantil.
Pese a que las leyes varían de estado a estado, en 27 de ellos no hay una edad mínima para casarse. Y los estados que son más “severos” con estos límites, establecen que la edad mínima son lo 17 años, pero con la posibilidad de establecer un acuerdo caso a caso para bajar la edad a 14 años para niños, y 13 para niñas.
Estas leyes estatales pueden requerir el consentimiento de los padres, o incluso sólo la firma de algún funcionario público que permita la unión.
Sólo en Virginia la edad mínima para casarse es 18 años, permitiendo rebaja de edad sólo a jóvenes emancipados de hasta 16 años.
Según las cifras de Unchained At Last, en la primera década del milenio no era extraño que chicos de 12 años migraran a estados como Carolina del Sur, Louisiana y Alaska para casarse.
Experiencias particulares
Anna (nombre cambiado) tenía 16 años cuando conoció a Tim en una clínica psiquiátrica. Ella era una paciente, y él un funcionario de la clínica de 29 años que comenzó a coquetear con ella. Al comienzo fue todo muy discreto, pero fue escalando hasta el día en que Anna recibió el alta, donde le envió una nota que decía:
No creo que pueda vivir sin verte de nuevo.
Así fue como después él comenzó a llamar a su casa, y después a pasar unas noches allá. Debido a que contaban con el permiso de la madre de Anna, decidieron casarse. Ella les había dado permiso bajo la condición de que ella debía terminar su segundo año de secundaria y que no podían vivir juntos hasta el verano siguiente.
Pero las cosas no resultaron como esperaba la madre: la mañana siguiente al día de la boda, ambos huyeron.
Eso realmente atrapó a Anna en su relación: la escuela no la dejó inscribirse porque pensaban que estaba embarazada, y no podía conseguir los papeles para acreditar su educación pues ya no le hablaba a su madre.
Antes de cumplir los 18, Anna estaba embarazada y Ted se empezó a volver violento físicamente. Eventualmente, ella escapó de esa peligrosa y tóxica relación, pero le costó la custodia de su hijo, que quedó a cargo de Tim.
Historias como la de Anna no son poco comunes.
Según cifras de Unchained At Last, las chicas que se casan antes de cumplir los 19 años tienen un 50% más de probabilidades de dejar la secundaria antes que sus compañeros, y generalmente tienen limitaciones en su acceso a la educación o al trabajo por ser madres a temprana edad.
Además, las chicas que contraen matrimonio antes de los 18 años, sufren 3 veces más abusos físicos que quienes se casan después de los 21.
Y eso no es lo peor: hay ocasiones en que los matrimonios ni siquiera son consensuados.
En mayo de este año, el New York Times publicó la historia de Sherry Johnson, que fue obligada a casarse con el hombre de 20 años que la violó y la dejó embarazada. Ella sólo tenía 11 años.
El matrimonio no duró, pues el sujeto estaba obligándola a tener 9 hijos. Hoy, Johnson lidera una campaña en Florida para acabar con los matrimonios infantiles, que en ese estado no cuentan con una edad mínima para realizarse.
Lindsy Duet también fue obligada a casarse a los 17 años con el hombre que la comnezó a violar a las 14, según contó al New York Times. Igual que en el caso de Anna Jones, su matrimonio fue violento pero ella logró escapar.
Pro matrimonio infantil
Es sensato pensar que cualquier persona que esté a favor de los derechos infantiles estaría también a favor de terminar con el matrimonio infantil, ¿cierto? Pues no.
La Girl Scout estadounidense Cassandra Levesque intentó poner en el congreso una iniciativa que aumentase a 18 la edad mínima legal para casarse, pero la cámara del congreso controlada por los republicanos acabó inmediatamente con la propuesta.
El representante del estado David Bates se manifestó así respecto al tema:
Le estamos pidiendo a la legislación que acabe con una ley que lleva más de cien años en los libros. Ha estado funcionando sin dificultad, sobre la base de una menor haciendo un proyecto para las Scouts.
En tanto, en Nueva Jersey intentaron promover una ley que acabara con el matrionio de personas menores, pero el gobernador Chris Christie la descartó inmediatamente porque podría traer “conflictos religiosos”.
La clase política, especialmente los conservadores, se rehúsan a ver el matrimonio infantil como algo nocivo que destruye vidas y fuerza a los niños a situaciones altamente abusivas.
Según el diario The Independent, durante 2001, tres niñas de 10 años se casaron en Texas con hombres de 24, 25 y 31 años. Usualmente esto sería catalogado de pedofilia, pero los funcionarios de al menos 27 estados no tienen problema en aprobar estas uniones.