Catherine y Richard Howarth es un matrimonio de Inglaterra que tuvo a su primer hijo. Al momento de que Catherine diera a luz, le mostraron a su bebé y todos quedaron en silencio.
Ella no entendía porque le pasaban a un bebé que no era suyo. La mujer es de raza negra y Richard, el papá, es de raza blanca. Todos sabían que le niño sería una mezcla de ambos. Pero nunca que fuera así…
La piel del pequeño era blanca y pálida como su padre y tenía los ojos azules. Al ser padres primerizos no podían creer al verlo por primera vez. De hecho, Catherine tuvo que preguntar al personal de maternidad si estaban muy seguros de que se trata de su bebé y que no había ocurrido una confusión.
La doctora Emily Grossman quien es experta en genética, les explicó que era muy raro que se diera la probabilidad de que el bebé tuviera el color de piel de su padre, algo extraño y que se da una entre millones. Por eso es que este niño es único. La doctora explicó que “Contrario al color de los ojos, la piel está controlada por hasta 20 genes diferentes en vez de uno solo. Existen combinaciones casi infinitas de diferentes colores de dos padres de distinto color de piel”
