La fotografía tiene el poder de inmortalizar algo que sucede en un pestañeo. Inmortaliza los instantes decisivos de muchos acontecimientos (de ahí, lo del “fallo fotográfico”), para que siempre queden en la memoria de quienes lo vivieron, y también para que llegue a quienes nunca estuvieron ahí.
Esta visión privilegiada es especial cuando los fotógrafos captan el segundo antes de que un drama ocurra, pues podemos saber dos cosas: cómo era el ánimo de las personas mientras todavía no estaban en peligro, y qué es lo que les va a suceder.
Es un juego que da para risa y para sufrir, pues e imposible no ponerse en el lugar de esta pobre gente. A continuación te mostramos algunos notables casos (unos ciertamente más graves que otros), así que prepárate para decir más de un “ouch”.
Último segundo de un verano agradable
Adiós relajación

Más vale que pedalees rápido

Se te borrará la sonrisa de la cara

Eso que se acerca a ti es una visita a urgencias

Ojalá esté blandita la nieve

¡La comidaaaaa!

Ese momento de locura de los perros

Y ese momento de locura de los gatos

Pobrecito

Nieve aterrizando en tu cara

Uno de estos dos ya está arrepentido

Puedo escuchar esta tragedia

El ciclo de la vida

A todos nos ha pasado

Felicidades por tu nuevo trauma

Este pequeño también gusta de Murakami

¿Cuán rápido puedes marcar “911”?

Hay que tener cuidado con los accidentes domésticos

Preciosa pirueta, pero su cara después…

¿Logrará escapar?

Un Titanic

¿A ver a quién estás fotografiando?

Esta última dolió.