La información viaja por nuestras terminaciones nerviosas con una velocidad de 3 a 120 metros por segundo. Es una velocidad bastante considerable, pero que muchas veces no alcanza para anticipar un desastre ni hacer algo al respecto.
Así es como a veces vemos un desastre ante nuestros ojos, sea que participemos en él o seamos meros espectadores, y no lo advertimos. Lo gracioso es cuando estamos usando una cámara y capturamos esos instantes donde todo estaba bien, pero faltaba un milisegundo para que todo estuviera mal.
A continuación te mostramos algunos de esos momentos, por los que todos hemos pasado alguna vez, pero que son demasiado breves y fugaces:
Aterrizaje de la nieve en tu cara en 3…2…1
Acá posando junto a la desgracia de mi padre
“Posemos demostrándonos lo que sentimos por el otro”
“Accidentalmente grabamos el momento exacto en que perdí mi teléfono”
Todos somos la persona con lentes de atrás
“Avisen para guardar la cámara”
Qué habrá pasado al segundo siguiente
El último segundo
“A la compañera se le prendió el cabello cuando estaba soplando velas en su pastel. La foto fue tomada unos segundos antes de que se diera cuenta”
Una probadita
La chancla levitadora
¿Me podré llevar a este ratón gigante?
Los amigos antes que las chicas
Últimos segundos de la novia de blanco
La bola en la ingle
Y no hay nada que hacer
El gato acróbata y la comida voladora
Ya no hay equilibrio en la fuerza
Recién saliendo de la iglesia y ya empiezan las desgracias
A ver quién muerde más feo a quién
Segundos antes del frío y el dolor
Casi
El mejor portero
Da lo mismo la desgracia que ocurra, tú siempre saldrás bien en las fotos
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