Oficialmente se retiró hace unas tres décadas, pero sigue aportando con su experiencia.
Fue hace 27 años cuando el médico argentino Luis Schapira pensó que lo mejor era jubilarse y descansar después de haber estado casi cuatro décadas ejerciendo su profesión.
Sin embargo, su vocación fue más fuerte y continuó ayudando a los pacientes del Hospital Fernández de Buenos Aires y sin cobrar un peso.
Su historia se conoció hace pocos días por las redes sociales cuando una usuaria del centro asistencial le tomó una fotografía cuando el médico llegaba al trabajo. “Cuando preguntes qué es ‘vocación’, acuérdate de este médico jubilado que vienen a trabajar ad honorem al hospital“, comentó.
El diario argentino La Nación entrevistó a Schapira quien afirmó que “vengo porque amo a la medicina y al hospital público. Me gusta aprender aunque sé que ya me quedan pocos años para ejercer. Sigo estudiando y me gusta oír a los jóvenes a los que dirigí cuando tuvieron que hacer la residencia aquí“.
El médico no tiene mucho contacto con los pacientes y trata de educar a quienes han seguido el camino de la medicina aportando con su experiencia en los casos más difíciles. “Acá hay una actividad que se llama ateneo donde se presentan uno, dos o tres casos más o menos difíciles; se realiza una reunión para ver qué opina cada uno con respecto al diagnóstico y al tratamiento“, señaló.