Parece que hubiera pasado una eternidad desde que comenzó la crisis sanitaria del coronavirus. El primer país en alertar un brote fue China, donde alcanzaron un estado de alerta y terror varias semanas antes que en occidente. Especialmente en la ciudad de Wuhan, donde está el mercado en el que se cree que pudo haberse originado la pandemia.
Junto con pescados y frutos del mar, el mercado de Huanan Seafood Wholesale Market que también vendía animales salvajes como pavos reales, koalas, puercoespines, ratas, serpientes, salamandras gigantes, cachorros de lobo, cocodrilos, zorros y presas de cacería.
La situación mundial hoy, sumada a la teoría de que el coronavirus se produjo por zoonosis en un contexto de mezcla y superpoblación de animales, hizo que el gobierno de Wuhan decidiera prohibir el consumo de animales salvajes en su territorio durante cinco años.
En marzo, el gobierno provincial de Hubei -donde se ubica Wuhan- hizo oficial esta medida promulgando una ley que prohibía alimentarse con especies salvajes. Esta normativa entró en vigencia en el país el pasado 13 de mayo.
La ley también se refiere a la crianza artificial de animales salvajes terrestres o acuáticos protegidos para su consumo, y a la caza por investigación científica, para la que los expertos tendrán que pedir un permiso especial.
Por suerte los chinos están tomando conciencia de alimentarse con animales salvajes y, aunque el coronavirus ha hecho muchísimo daño en todo el país, al menos se logró que las autoridades se hicieran cargo de este problema.