Hace algunos siglos atrás, las familias que tenían menos recursos económicos debían vivir en casa pequeñas en donde había una o dos habitaciones que se utilizaban tanto de sala de estar como de dormitorio, siendo compartida por toda la familia, incluso con los huéspedes.
En las grandes casas o palacios, era común que la servidumbre durmiera en la misma habitación que los dueños. Como relata Bill Bryson en At Home, cuando el rey Enrique V se acostó con catalina de Valois, el chambelán y el mayordomo estaban presentes en el dormitorio. Los cortinajes de las camas les daban algo de privacidad, sin embargo, si querías privacidad absoluta, tenías que dormir en una cama caja.
En gran parte de las casas rurales de Escocia, Francia y algunas zonas de Países Bajos y Reino Unido, las personas utilizaban este tipo de camas. Se trataba de un armario gigante con una cama dentro, con una o dos puertas que se cerraban cuando se hacía uso del mismo.
Algunas camas caja eran independientes y otros eran construidas en huecos y estaban unidas a la estructura de la casa. En lugar de puertas de madera, había casos en que se utilizaban cortinas para aislarse del exterior.
Las camas caja no solo proporcionaban privacidad, sino que además guardaban el calor corporal, manteniendo a las personas calientes toda la noche. Por otro lado, protegían a los huéspedes de ciertos intrusos, como lobos u otros animales salvajes.
También se dice que los campesinos mantenían a sus hijos dentro de estas camas caja mientras ellos salían a trabajar al campo.
“Muchas camas caja tenían uno o dos estantes que podían estar situados cerca del techo, en la parte inferior o en el respaldo. Así, el cajón también hacía las veces de armario o baúl“.
Enciclopedia de Arquitectura y Muebles en Cabañas, Cortijos y Casas, 1833
“En algunas partes del país, las puertas de estas camas contaban con cerrojos y cerraduras para cerrarlas desde el exterior y el interior. De este modo, cuando la persona se metía en la cama, podía dormir tranquilamente con sus posesiones más valiosas al lado. Lo mismo ocurría cuando salían a trabajar, pues la cama caja se quedaba cerrada y hacía las veces de cofre o caja fuerte“.
Enciclopedia de Arquitectura y Muebles en Cabañas, Cortijos y Casas, 1833
Las camas caja se convirtieron en el mueble de moda, incluso en las casas más grandes con varias habitaciones y sin la necesidad de privacidad. Muchos ebanistas del S. XVIII diseñaron camas cajas secretas que parecían armarios u otra ocultas detrás de filas de estanterías y cajones.
Pero durante el S. XIX esta moda fue decayendo debido a la creciente preocupación por la higiene y el aire viciado. Sin embargo, en muchas partes de Escocia, esta práctica siguió hasta principio del S. XX.
¿Conocías esta manera de dormir de la antigüedad? ¿Qué te parece?