Según un estudio realizado por Demography, tras tener un hijo sus padres son tan infelices que no quieren tener otro.
Convertirse en padres parece darle sentido a la vida, pero hay varios años que tendrás que dedicar a la crianza, por lo que esto no es para todos algo positivo y algunos lo ven como una maldición.
La revista Demography publicó un estudio realizado en Alemania por Rachel Margolis, demógrafa canadiense en donde ella busca entender porque las parejas alemanas que dicen querer tener dos hijos, luego de tener al primero ya no desean otro más.
Ella concluyó que luego de que las parejas tengan un hijo sufren una ”caída en su bienestar” y por ello ya no desean traer a otro niño al mundo.
En este estudio se hizo un seguimiento de 5 años a los padres primerizos que antes de tener a su primer bebé, habían declarado querer un segundo, pero que luego de este acontecimiento desistieron de su idea.
El estudio reveló la infelicidad de los padres que se produjo tras dos años de haber nacido su primer hijo por lo que el problema no es tener que cambiar pañales y tener pocas horas de sueño.
Las fuentes de infelicidad fueron agrupadas en tres categorías: dos eran sobre concepción y embarazo y la tercera sobre la crianza del niño lo que incluía depresión, soledad y quiebre en las relaciones de pareja.
En la última categoría la mayoría vio su mayor fuente de infelicidad revelando que en la crianza los padres se vuelven miserables.
Esto les quitaría las ganas a las parejas de tener un segundo hijo y aunque esto no les pasa a todos los padres primerizos, si hay un sector importante que desiste de tener un segundo bebé.
Antes de querer ser padres, debemos pensar si estamos capacitados para ello.