Por muchos años, los parques acuáticos se llenan gracias a sus mayores atracciones turísticas: las ballenas y los delfines. Su encierro forzado sólo para la diversión humana es, con justa razón, objeto de repudio.
Un paso adelante es el que tomó el parlamento canadiense, al aprobar un proyecto prohibiendo la cría y el cautiverio de cetáceos con fines relativos al entretenimiento, así como su captura, posesión y comercio.
Esta decisión fue aplaudida por grupos animalistas.
Este proyecto fue redactado en 2015, y modifica el código penal para poder prohibir, entre otras prácticas, el cautiverio y la reproducción forzada de estos mamíferos marinos en el territorio canadiense. Por ahora, sólo necesitará una aprobación real simbólica.
Las únicas excepciones serán las que entreguen las autoridades, por ejemplo en el caso de que algunos animales requieran rehabilitación luego de una lesión.
Tristemente la ley no puede actuar de forma retroactiva, por lo que aquellos cetáceos que se encuentran en cautiverio no serán liberados.
“Esta es una ley tan importante porque prohíbe el cautiverio, asegurándose de que las ballenas y los delfines que actualmente en tanques pequeños en Canadá serán la última generación que sufra” señaló la directora de campaña de la ONG World Animal Protection Canada, Melissa Matlow.
Los únicos establecimientos en Canadá que actualmente tienen cetáceos en cautiverio son Marineland en las Cataratas del Niágara, y el acuario de Vancouver.