Él ya tenía una familia que se suponía debía hacerse cargo de sus necesidades básicas, pero no es lo que sucedía con Ollie-Loo, un adorable e indefenso perro.
No sabemos el motivo, pero fue abandonado en plena calle. Su familia ni siquiera se dio al trabajo de dejarlo en un refugio donde al menos otras personas podrían haberlo ayudado a encontrar un nuevo hogar.
Pasaron los días y las temperaturas bajaron y Ollie debía refugiarse como fuese de la cruda y blanca nieve, pues ni una frazada le habían dejado cerca. Fue así como vecinos de la familia aseguraron que la familia de Ollie fue desalojada, pero que sí regresaron por un cachorro que era hermano de Ollie, pero no regresaron por él.
Ollie entonces comenzó a dormir en algunas de las pertenencias que quedaron abandonadas junto a él, particularmente en una silla mecedora que consideró bastante cómoda y abrigada mientras esperaba que alguien lo ayudara.
Afortunadamente, una voluntaria de Detroit Animal Welfare Group, Terry Looby, se encontraba respondiendo a una llamada respecto a otro perro abandonado cuando vio a Ollie, solo y asustado. “Estaba enrollado lo más que podía. Me bajé del coche, levantó su cabeza y me acerqué donde pude ver cómo movía su cola. Le dije ‘ven aquí amigo, está todo bien’. Y fue hacia mí a lamerme mi rostro”, le contó a News13.
Por fortuna, una familia lo adoptó de inmediato e incluso tiene dos hermanos de raza pug ahora. Su nueva dueña se ríe, y asegura que Ollie no tiene conciencia de su tamaño y le encanta dormir en las pequeñas camas de sus hermanos perrunos.
Aparte de todo esto, Ollie está recuperándose de su fémur, operación que pagaron gracias a las donaciones de las almas solidarias que ofrecieron ayudar a Ollie y su nueva y responsable familia.