Simplemente no lo podía creer.
Josie Paille perdió la visión de uno de sus ojos cuando tenía 16 años y tuvo la fortaleza para seguir adelante. De hecho citaba a su médico cuando le decía “Tener dos ojos es un lujo, pero un ojo ya es una necesidad”, momento en que se enteró de la mala noticia siendo tan joven. Había hecho una vida normal hasta cuando cumplió los 44 años y recibió otra mala noticia: quedaría ciega completamente.
Cuenta que tuvo que recurrir al buen humor para lograr soportar los primeros días. Su médico le dijo que debía “prepararse para quedar completamente ciega” todo porque una vena tapada, y que inutilizó su primer ojo, ahora estaba afectando la visión del segundo segundo.
“La segunda vez que supe mi reacción fue de silencio, casi como una contemplación buscando mi alma. Me pregunté qué era lo más importante en mi vida. Quedaría completamente ciega, entonces ¿qué era lo más importante en la vida ahora?” señaló Josie.
La mujer se enfocó en su familia y fue su hermano Peter quien le sugirió que podía lanzarse en paracaídas antes de que perdiera completamente la visión. Él lo había hecho y le decía que iba a ser una gran y hermosa experiencia.
Josie le dijo que lo haría siempre que si llamaba a casa de sus padres y su padre contestaba, entonces saltaría. Pero ella tenía la certeza de que su padre estaba fuera de la ciudad.
Pero su sorpresa fue mayor cuando él contestó el teléfono y ella simplemente gritó. Peter le dijo que debía cumplir su palabra.
Y Josie lo hizo, y al momento de saltar cuenta que se había arrepentido completamente. Pero ya era muy tarde.
“Pensé que era un grave error y que mis hijos me verían morir. De hecho, les hice una señal de que los amaba” al camarógrafo que la seguía. Ella simplemente le hizo un gesto con 3 dedos para que quedara registrado que amaba a sus dos hijos y a su nieto.
Cuando estaba en eso, sintió un extraño estallido y un fuerte dolor en su ojo. Su instructor le tocó la cadera en señal de que era hora de que activara su paracaídas mientras el dolor no cedía.
Apenas aterrizaron, su hermano Peter fue donde ella para felicitarla y ella le comentó lo que le había pasado mientras caían. Sin embargo, el instructor les dijo que no había de qué preocuparse y que lo más probable era que fueron sus oídos cediendo ante la presión.
Pero lo sorprendente estaba por ocurrir. A la mañana siguiente sintió que algo raro pasaba cuando despertó.
“Me senté en la cama y percibí que mi habitación era más grande y más brillante. Instintivamente me tapé el ojo derecho y pude ver toda la habitación” señaló.
Luego cuenta que estuvo todo el día cubriendo un ojo y otro ojo continuamente para notar algunos cambios. Su hermano le recomendó que fuera a ver a su oculista, quien al examinarla, le comentó que extrañamente el bloqueo que afectaba a su ojo se había disuelto y pudo deberse al cambio de presión durante el salto.
Para Josie simplemente se trata de un milagro. Ahora puede ver bien por ambos ojos y ya el miedo a tener que verse ayudada de por vida por su ceguera quedó atrás.
¡Sorprendente!
