Harry y Meghan se complementan de tal manera que nos tienen a todos queriendo cada noticia sobre sus últimos movimientos. Adoramos su complicidad y evidente amor que se tienen e es que los Duques de Sussex tienen la simpatía de todos nosotros. Nadie puede negar que su relación refleja destellos de amor a largos kilómetros. Los más incrédulos dirán que todo es un montaje de la Corona para conseguir popularidad, pero la verdad es que tendrían que ser los mejores actores para poder mentir a tal nivel.
Esa mirada no se puede fingir. No tenemos duda alguna de que los recién casados y pronto a ser padres están más que enamorados. En la actualidad, están en su segunda gira oficial internacional juntos, en la que han visitado Australia, Fiji y Nueva Zelanda.
En Sydney fueron muy bien recibidos por el Primer Ministro y por un gran público que los adora, considerando que Australia es uno de los 53 países de la Mancomunidad de Naciones.
En dicho país la seguidora más fiel del Príncipe Harry vive en Sydney, y es una adorable anciana de 98 años. Cuando Harry visitó la localidad, Daphne Dunne esperó al príncipe por horas el 2015. Llevaba puestas unas medallas de guerra y a Harry le llamó muchísimo la atención. Se acercó para preguntarle de quién eran esas condecoraciones tan importantes, ya que el príncipe tiene cercanía con el ejército, y ella, emocionada, le contó la historia de su esposo, veterano de guerra fallecido. Fue en ese entonces que ambos forjaron un lazo muy indestructible.
Y en esta oportunidad, en su primer día en Sydney, Harry le presentó Meghan a Daphne, y el momento fue realmente adorable. “Son maravillosos, para esto es que Harry esperó tanto tiempo”. Meghan le decía que había escuchado mucho de ella, y Daphne sonreía maravillada.
La mujer de a tercera edad les deseó buena suerte con el bebé en camino y dijo que la próxima vez que los viera esperaba que hubiese “un pequeñito con nosotros”. Harry, bromeando, le dijo que le gustaban sus zapatos , bastante osados para su edad, y le preguntó si es que había teñido su cabello rosado. Fue un encuentro perfecto. No nos cabe duda de que Diana estaría muy orgullosa de la empatía y cercanía que tiene Harry con el público, y de su nuera también.
En su segundo día de gira, los duques visitaron la localidad de Dubbo. Cuando Harry estaba dando un discurso y de repente comenzó a llover a cántaros. Lo que llamó mucho a atención, porque en aquel lugar estaban atravesando una compleja sequía y hace mucho tiempo que no llovía.
La lluvia los tomó por sorpresa, pero rápidamente las autoridades con quienes estaban les brindaron paraguas, y Meghan no dudó en cubrir a su esposo mientras él daba su discurso. El alcalde de Dubbo le ofreció un paraguas a Harry pero el le contestó muy feliz: “Está todo bien, tengo a mi esposa”.
Sin embargo, las lluvias no fueron un impedimento para que 15 mil personas esperaran al aire libre poder conocer y conversar con la pareja más adorada y admirada de este tiempo.