Existen quienes relacionan la imagen de la cantante Pink con conceptos como rebeldía e irreverencia, pero la verdad es que ella ha desarrollado su lado más emocional en los últimos años. Y para dar prueba de eso y de que los cantantes al final del día son seres humanos como nosotros, les contamos sobre lo que sucedió en su último concierto en Brisbane, en medio de la gira “A beautiful trauma” .
Hubo un minuto en el que la música bajó su volumen y la cantante empezó a mirar los carteles que la rodeaban en el escenario y hubo uno, que era flameado con insistencia por varios fanáticos, que llamó poderosamente su atención.
“Mi nombre es Leah, tengo 14 años. Perdí a mi hermosa mamá el mes pasado. Me encantaría un abrazo… ¡Por favor!”, decía el tierno cartel, que fue llevado hasta las manos de Pink.
Al leer bien el cartel, la cantante, quien también es madre, no pudo si no emocionarse. Se llevó las manos al pecho y, antes de ir hacia Leah Murphy, la pequeña autora, lo leyó frente a todos. Los fanáticos, como era de esperarse, no pudieron contener la emoción.
Después de eso, la artista se dirigió hacia donde estaba Leah, quien había sido llevada hasta adelante con la ayuda del resto de los presentes, y la abrazó fuertemente. Ambas se sacaron una selfie y le firmó un autógrafo en el brazo.
“Yo estaba llorando mucho y Pink me dijo: ‘No llores, te ves tan bonita. Todo va a estar bien’”, relató la adolescente en una entrevista posterior. “Es tan dulce”, afirmó, conmovida y con una sempiterna sonrisa en la cara. “Con mi mamá nos gustaba escuchar las canciones de Pink y bailábamos por toda la casa”, escribió la niña sobre su fallecida madre, con quien planeaban asistir juntas a dicho concierto.
Desafortunadamente, el cáncer acabó con la vida de su progenitora antes de que llegara ese momento. Incluso así Leah no dejó de asistir, y fue su tía Katrina quien la acompañó y registró el conmovedor instante entre la fanática y su artista favorita.
“Hace mucho tiempo que no la veía sonreír así. Su padre me dijo que se despertó sintiéndose feliz, más feliz de lo que ha estado en mucho tiempo”, dijo la mujer.
“Ella no ha parado de sonreír, saltar y cantar”, dijo su tía. Pink entendió que los ídolos pueden hacer un gran cambio en la vida de los fanáticos y esto es una prueba de ello.