Conocemos muy bien las historias de “patitos feos” que se convierten en cisnes, pero nos encanta verlas en la vida real. El cuento escrito por Hans Christian Andersen es muy famoso por el cambio que sufre el protagonista.
De hecho, es lo que le pasó a Joanna Joseph, de Malaysia, quién era una niña con kilos demás, pero después de s radical cambio pasó a ser una verdadera reina de belleza.
A sus 13 años, Joanna pesaba más de 100 kilogramos y era objeto de chistes y burlas en su cuesta. Era tanto así que hasta sus profesores y personas de su familia se burlaban de ella. Joanna, cayó en depresión, lo que la llevó a aumentar todavía más de peso, ya que la ansiedad la hacía comer en exceso. Con tristeza, la mujer recuerda esta etapa:
“Crecí comiendo. Me podía comer cinco platos de arroz y seguir. Ya pesaba 60 kilogramos cuando tenía apenas siete años y era la niña más gorda de la escuela.”
Sin embargo, finalmente la muchacha tomó una decisión que le cambió la vida:
“Pasé por un infierno entre los 12 y los 16 años, hasta que me decidí de tomar el asunto en mis propias manos, porque me di cuenta de que si no actuaba, iba a seguir así para siempre”
Empezó a hacer dietas y ejercicios todos los días. Y de a poco comenzó a bajar de peso, aunque eso no hizo que el “bullying” parara; pues sus compañeros decían que estaba perdiendo peso porque se había convertido en drogadicta. Pero , afortunadamente, a Joanna no le importaron estos duros comentarios y simplemente, endureció su carácter y siguió con la mirada puesta en su objetivo.
“Tuve que empujarme a mí misma y sacrificar muchas cosas en la vida para llegar a dónde estoy hoy. Cuando comencé a ver cambios, me gustó lo que vi”
De acuerdo a la joven, no recibió ayuda de ningún entrenador o nutricionista, siendo así definitivamente esta mujer se merece un aplauso.
Sin duda, esta historia es un tremendo ejemplo de motivación e inspiración para quienes desean seguir sus pasos, ya que demostró que si se tienen ganas de mejorar, es posible hacerlo con esfuerzo, dedicación, objetivos concretos, acciones y claro, amor propio.