Durante los últimos años, la iglesia chilena ha vivido un terremoto en su interior, de tal magnitud que el Papa incluso intervino en el tema. Los temas en la polémica son los abusos sexuales de los curas a los que ahora se suman los relatos de un grupo de ex monjas que relataron una serie de abusos sexuales y laborales de distinto tipo a los que fueron expuestas por años y que ellas resistieron por miedo o por su inmensa fe.
Como si no hubiera sido grave ya el hecho de sufrir abusos, los relatos también hablan de cómo al momento de hacer las denuncias respectivas a sus superiores, estos reaccionaron con castigos y expulsiones a quienes denunciaban. Sus congregaciones las expulsaron sin ninguna compensación.
Las historias que protagonizan esta nota se dieron a conocer en un reportaje del canal chileno TVN, en el programa Informe Especial, que se centró principalmente en un grupo de monjas que estuvo un tiempo en la congregación Hermanas del Buen Samaritano, ubicada en la ciudad de Talca, región del Maule.
“Me manoseó. Me dio asco”
Yolanda Tondreaux es una ex monja que fue víctima de estos abusos desde el comienzo de su historia en la congregación. Relata:
“Un sacerdote se me acercó, me tocó el pecho y me dio besos en la cara llegando hasta los labios. Me manoseó. Me dio asco”
Mientras contaba la traumática situación, confiesa que tomó la decisión de contarle a su madre superiora, Patricia Ibarra, quien no ayudó a Yolanda y muy por el contrario a lo esperado, decidió tratarla de “mentirosa” y le ordenó ir a confesarse con el mismo cura que ella estaba denunciando por acoso. insólito, por decir lo menos.
“Las chicas jóvenes se fueron del convento por lo mismo, porque habían curas que las manoseaban”, dice Tondreaux.
Sin ir más lejos, Yolanda tenía otras denuncias para hacer. La más grande es que asegura haber visto como le entregaban cheques de hasta 20 millones de pesos a algunos de los religiosos cuestionados por enfrentar denuncias por abusos, de ellos el más importante que vio es el ya procesado ex párroco Fernando Karadima.
Además, ella destaca la forma en la que trataron a las denunciantes de estas situaciones. En total son más de 23 hermanas las que hablaron y declararon sus experiencias. Cada una de ellas fue desvinculada sin ningún tipo de beneficio por los años de trabajo.
“La madre superiora lo sabía”
No obstante, no sólo Yolanda entregó su testimonior, sino que otra ex religiosa, Eliana Macías, relató como además de estar al tanto del problema de los manoseos, vio en reiteradas ocasiones como sacerdotes entraban a las habitaciones de las monjas para abusar de ellas y verlas desnudas.
“Decía que nunca había visto una mujer desnuda, por eso lo hacía. El cura también se iba al patio y se desnudaba. La madre superiora lo sabía. A mí me daba asco, repugnancia”.
Durante el programa, también se entregó el testimonio de Consuelo Gómez, quien en mayo habló con la prensa chilena para contar los abusos que sufrió por parte de una monja. Como forma de enfrentar el tema, la congregación solo envió un comunicado con sus disculpas.
El reportaje ademas muestra que el grupo de monjas acudió hasta el nuncio Charles Scicluna, que fue enviado a Chile por el mismo Papa Francisco en enero pasado para recabar antecedentes de los casos de abuso que se estaban destapando en el país.
Él las escuchó; sin embargo, aún así las religiosas indicaron que hasta la fecha no reciben una respuesta oficial de ningún ente de la Iglesia Católica ni sus representantes.